viernes, 8 de mayo de 2009

¿POR QUÉ SERÁ TAMBIÉN UN FRACASO LA PRÓXIMA CONFERENCIA MUNDIAL DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL TEMA DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y QUIZÁS LA ÚLTIMA...

¿POR QUÉ SERÁ TAMBIÉN UN FRACASO LA PRÓXIMA CONFERENCIA MUNDIAL DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL TEMA DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y QUIZÁS LA ÚLTIMA POSIBILIDAD DE SALVAR NUESTRAS CIVILIZACIONES DE SU PROPIA DESTRUCCIÓN PLANETARIA?

Si comparamos nuestra situación actual con la del año 1966, cuando yo expuse en mis artículos “Causa y solución del enorme aumento de la población del mundo” y “Artículo dirigido a las Inteligencias inquietas”, el primero publicado en la revista ARQUITECTURA del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y en el periódico ABC, y la segunda en la revista del C.O.A.M., en los que exponía .. “La causa de este aumento de la población radica en el malentendido de la naturaleza humana y en una errónea relación con el mundo y su Creador. El medio de solucionarlo está en comprender la naturaleza del hombre, su destino, su lugar en el mundo, la naturaleza de dicho mundo y el objetivo del Creador para con él. En otras palabras buscar la Verdad”.

Para buscar esta Verdad, en el mismo artículo redacte un programa de actuación que quería realizar con un equipo de elite formado por nuestros profesionales, que no llegó a formarse por no existir en aquel tiempo con tanta claridad y amenaza nuestros males y nadie se interesó en presentarse para trabajar juntos, ni ningún organismo oficial u organización profesional, social, política o cultural, los que, diez años más tarde, empezaron en sus conferencias y congresos mundiales a tratar nuestros males según se presentaban a lo largo de aquellos años, pero al no relacionarlos con una Causa común, que yo ya había anunciado, estos organismos y organizaciones tampoco se han interesado por mis enfoques particulares, por lo que tuve que continuar mis investigaciones y búsqueda en solitario.

Durante estos 44 años, siguiendo los temas, tanto de las conferencias mundiales de las Naciones Unidas como las de otros organismos oficiales y organizaciones profesionales, sociales, políticas y culturales, que como ha empeorado progresivamente nuestra situación en cada uno de los campos que trataban en sus temas elegidos y discutidos en sus conferencias y congresos, éstos se han multiplicado más y más, sin descubrir que la causa de estos fracasos ha sido el erróneo enfoque de nuestros problemas, y que ha consistido en que en cada ocasión han sido aceptados nuestros males como algo dado, como un hecho natural, sin relacionar unos con otros y con una Causa común de todos, que ante la gravedad de nuestra situación, hoy, después de 44 años de mi anuncio, en las últimas conferencias de la Naciones Unidas ya se han oído opiniones como que… la causa de todos nuestros males es la conducta del hombre contemporáneo …, incluso frases como … “ Si todos en el mundo vivieran como una persona promedio de los países con altos ingresos, necesitaríamos 2,6 planetas adicionales para mantenernos todos vivos”.

Esta verdad parece que los organizadores de la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará en el mes de Diciembre de 2009 en Copenhagen, si juzgamos los enfoques en los que se basaban los programas de las Conferencias preparativas celebradas en Valencia, Bali y Posnan, no la han tomado en serio, ya que tampoco estaba relacionado este mal con los otros males existentes, ni con una Causa común a todos, y a las personas que pronunciaban estos hechos, ya conocidos por todos, los tachaban de catastrofistas.

Basándome en mi ininterrumpida investigación sobre el tema, sabiendo que no es suficiente con reconocer solamente que el causante de nuestros males, entre los que el cambio climático es uno de ellos, es la errónea conducta del hombre contemporáneo, sino que haría falta saber el porqué ha ocurrido esto justamente hoy, que estas personas por no estudiar la naturaleza real de la especie humana no pueden conocer, yo llamaría a estas personas no catastrofistas sino simplemente observadores de un hecho indiscutible.

Para apreciar realmente la gravedad de nuestra situación y la demostración de porqué hemos llegado a este nivel y porqué basado en el enfoque de tratar el problema del cambio climático aisladamente de otros de nuestros males y no que busca la Causa de todos ellos, voy a considerar y tratar todos juntos como efectos de esta Causa común ignorada por ellos.

Haciendo esto y refiriéndome a los males que las Naciones Unidas han tratado desde el año 1976 en varias de sus conferencias mundiales separando cada uno y empezando con:

1/ La desenfrenada y antinatural expansión demográfica, que en el año 1966, cuando yo anuncié este peligro y lo que significaba para nuestro futuro, la población del mundo era de 3.200 millones de personas y hoy, en 2009 es de 6.600 millones.
2/ El antinatural crecimiento del consumo de energía, que la media de consumo de los hombre de nuestras civilizaciones era en el año 1966, 2 veces más de lo normal, considerando como normal la unidad la que existía en la época de Jesucristo, y hoy, en el año 2009, es 3-4 más de lo normal.
3/ En el año 1966, el 20% de la población mundial vivía en ciudades entre las que las más grandes eran de 1-3 millones de habitantes y en el año 2009, el 50% de la población del mundo vive en grandes ciudades, entre las que ya existen 30 Metro y Megaciudades e indefinidas Conurbaciones entre 5 y 30 millones de habitantes, y para el año 2050 puede concentrarse hasta el 70% de la población mundial en estas caóticas, deshumanizadas y monstruosas aglomeraciones.
4/ El sobrecalentamiento de la Tierra y el cambio climático en el año 1966 no existía, que hoy, en 2009 con una población del mundo de 6.600 millones, y una media de consumo de energía del hombre contemporáneo de 3-4 veces más que la que han consumido los hombres en la época de Jesucristo, cuando la población del mundo era de 200 millones de habitantes, multiplicando estos dos factores: 33 (aumento de la población) x 3-4 (aumento del consumo de energía)= 99-132 veces más consumo de energía, pero como el crecimiento de la población del mundo aún no ha llegado a su techo y se espera que para el año 2050 puede llegar a la cifra de 9.400 millones, lo que significaría 47 veces más población mundial que la que existía en la época de Jesucristo y que si multiplicamos este factor por 4-5 (aumento medio del consumo de energía por persona que tendremos en el año 2050) nos daría 188-235 veces más consumo de energía, que es prácticamente el doble de lo que tenemos hoy.

Aunando estos cuatro males, sin apuntar aquí que la naturaleza de la especie humana sólo puede desarrollar su vida en plenitud en un ambiente definido, ordenado, armonioso y bello que encuentra en la Naturaleza, pero no en estas ciudades indefinidas, caóticas, feas, ruidosas, llenas de contaminaciones, inseguridad ciudadana, etc. ¿Cómo puede uno pensar que durante estos 42 años que nos quedan para el año 2050 podamos construir, por el aumento de la población y por recuperar la falta de techo de 1.200 millones de personas, que hoy existe, casi tanto volumen de construcción como el que tenemos hoy y producir energías limpias para el doble de lo que consumimos hoy?

Ante estos hechos reales sólo un infundado optimismo en nuestra capacidad de avances científicos y técnicos y tecnologías puede justificar continuar tratando nuestros males aisladamente unos de otros y sin relacionarlos con una Causa común de todos, autoengañarnos con algunos resultados puntuales que en comparación con lo que necesitamos no es más que lo que representa una gota de agua en el océano y nos sirve sólo para tranquilizarnos y posponer la inevitable destrucción planetaria.

Para justificar la conducta del hombre contemporáneo como causa de todos nuestros males que han surgido desde la Revolución Industrial, además de los cuatro que directamente afectan al problema del cambio climático, voy a mencionar algunos más que no existían antes de 1966, desde que las Naciones Unidas están tratando éstos sin éxito, más bien por el mal enfoque de sus programas han atribuido a sus apariencias:

5/ Pérdida de la biodiversidad de nuestro planeta, que no existía en el año 1966, y que hoy se habla del 20% de pérdida, pero que esta tendencia continuará hasta 2050.
6/ Nuevas enfermedades incurables de tipo físico u psíquico, sida, alzheimer, paludismo, etc.
7/ Drogadicción, prácticamente no existía en el año 1966.
8/ Envejecimiento de la población en el mundo, no existía en el año 1966, hoy es uno de los más graves problemas de nuestras sociedades.
9/ Destrucción de la vida familiar, no existía en el año 1966.
10/ Las desviaciones sexuales de su forma natural.
11/ La pérdida del verdadero amor en la relación entre el hombre y la mujer y entre padres e hijos.
12/ La violencia de género.
13/ Desastres naturales, deforestaciones, desertizaciones.
14/ La pérdida de ideologías de tipo espiritual y religioso, que unió los pensamientos de los hombres y permitió la comunicación entre los hombres creativos y contemplativos, y que por falta de esto, hoy, la humanidad no tiene un horizonte y vive en confusión y con despreocupación y egoísmo entre unos y otros.

Ante estos hechos, sabiendo que la Causa de todos nuestros manifestados males es la extremadamente materialista “filosofía del mundo y de la vida” y el degenerado estado de la naturaleza psicosomática del hombre contemporáneo que dirige sus conductas y actividades, y que mientras no se logre recuperar el perfecto estado perdido de nuestra naturaleza especial humana, respetando este erróneo estado de nuestra naturaleza ningún intento nos servirá para eliminar nuestros males, por lo que como para lograr este necesitado cambio se necesita un proceso más largo, que en nuestras circunstancia tenemos, todo indica que ni con esta enfoque podríamos salvar nuestras civilizaciones de una destrucción planetaria, llevando su modo de vida hasta su fin.

No obstante, aunque ya nada ni nadie puede evitar este catastrófico fin de nuestras civilizaciones, al introducir este justo enfoque de nuestros problemas, tendríamos la ventaja que durante este periodo de transición trabajaríamos ya en el justo camino de nuestra investigación, y aunque sus correspondientes resultados no los podríamos poner hoy en práctica, pero éstos sí serían plasmados en soluciones teóricas, los supervivientes y nuestras futuras generaciones, quienes aceptaran esta nueva y justa “filosofía del mundo y de al vida” disfrutarían de este regalo y herencia, que además salvaría el futuro de la humanidad, abriendo para ella un nuevo camino para una nueva cultura.

Este tipo de búsqueda abandonada a la suerte es lo que nosotros estamos realizando dentro de mi Centro de Investigación, esperando que antes de que sea tarde algunos organismos oficiales u organizaciones humanísticas se interesen por el resultado de nuestros trabajos.

Madrid, 1 de Marzo de 2009
Ferenc Z. Lantos

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