viernes, 24 de abril de 2009

¿POR QUÉ NO LOGRARÁ TAMPOCO EL SR. AL GORE FRENAR EL PROGRESIVO EMPEORAMIENTO DE LA TIERRA Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

¿POR QUÉ NO LOGRARÁ TAMPOCO EL SR. AL GORE FRENAR EL PROGRESIVO EMPEORAMIENTO DE LA TIERRA Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

La causa que el problema del Cambio Climático ha llegado a niveles tan graves que hace peligrar ya nuestra subsistencia es que el único organismo oficial, las Naciones Unidas, que desde hace 35 años que en sus conferencias mundiales tratan nuestros nuevos tipos de males que han empezado a manifestarse desde la Revolución Industrial, y con más aceleración desde mediados del pasado siglo, han aceptado estos males, no como efectos de una causa común y tratar éstas, sino tal y como se ha presentado cada mal, tratándolo cada uno directamente y sin relacionarlos con una causa fundamental pero desconocida por ellos.

Debido a este erróneo enfoque en las que se basan aún los programas de las conferencias de las Naciones Unidas sobre nuestros innumerables e interrelacionados males, este organismo, sin saberlo, ha caído en un error similar a la de un mal médico quien intenta curar los manifestados efectos de un enfermo con una enfermedad infecciosa sin saber la existencia de la infección.

Como los negativos resultados de este erróneo enfoque del problema, generalmente no se manifiestan inmediatamente en un principio, sólo algunas personas más preocupadas por nuestro futuro descubren, cuyos avisos quedan ignorados hasta que estos males no llegan a manifestarse con tanta fuerza, que no cuesta nada para que todo el mundo pueda reconocerlos.

Este hecho de que nuestros nuevos tipos de males (antinatural y desenfrenada expansión demográfica, antinatural crecimiento del consumo de energía del hombre contemporáneo, la fiebre de las migraciones desde las pequeñas poblaciones rurales y ciudades comarcales hacia nuestras grandes ciudades, convirtiendo éstas en enormes y caóticas Metro y Megaciudades e indefinidas y deshumanizadas Conurbaciones, etc.) no han aparecido al azar, sino que son consecuencia de una causa común y que ésta es la errónea conducta y actividades del hombre contemporáneo que yo anuncié en mis artículos “Causa y solución del enorme aumento de la población del mundo” y “artículo dirigido a las Inteligencias Inquietas” publicados ambos en la revista ARQUITECTURA del C.O.A.M., y el primero de ellos también en el periódico ABC., ya en los últimos años algunos hombres importantes han reconocido, incluso alguien ha dicho en una de las últimas conferencias de las Naciones Unidas ... que “Si todos en el mundo vivieran como una persona promedio de los países con altos ingresos, necesitaríamos 2,6 planetas adicionales para mantenernos a todos vivos”

Desgraciadamente, en nuestro mundo despreocupado e insensible incluso hacia estos peligros reales, bajo cuya sombra vivimos, estos avisos han quedado como una noticia más, olvidados después de 3 días.

Empero, como de este peligroso acontecimiento demostrado ya con hechos indiscutibles por los científicos y especialistas sobre el tema, recogiendo y manejando estos hechos se pueden sacar grandes beneficios económicos, un hombre con un olfato de negocio y conocido mundialmente en el campo de la política y con capital suficiente como el Sr. Al Gore para presentar a través de nuestros sofisticados medios (películas, videos, Internet, televisión, prensa, etc.) los resultados negativos causados por el hombre contemporáneo para el medio ambiente de la Naturaleza de nuestro planeta, ha logrado con sus inversiones, al menos llamar la atención y concienciar el peligro real que este acontecimiento nos significa.

Empero, como el simple reconocimiento de que la causa de este mal (sin relacionarlo con los otros muchos males) es el hombre y no demostrar el por qué ha podido ocurrir esta errónea conducta y actividades del hombre justamente en nuestros tiempos (puesto que ninguno de estos manifestados males existían durante la época del Renacimiento, siendo el hombre como especie el mismo tipo) no es suficiente, sino para encontrar la verdadera solución necesitada faltaría conocer la naturaleza real de la especie humana.

Este conocimiento, como está relacionado con la Verdad sobre la Existencia del Mundo, que es una cuestión filosófica y que exige una entrega más profunda que nuestros políticos u hombres que ocupan cargos importantes pueden dedicar a la falta de este conocimiento sus consejos sobre la necesitada solución no llegan a ser más que unas improvisaciones precipitadas como los diez consejos del Sr. Al Gore, que pregona 10 sencillos gestos individuales que según él pueden cambiar el destino fatal del mundo: “usar bombillas de bajo consumo, conducir menos, reciclar más, revisar los neumáticos, usar menos agua caliente, ajustar el termostato, plantar un árbol y desenchufar los aparatos eléctricos”.

Al no descubrir por estos hombres que la conducta del hombre no es constante ni preestablecida como la de los animales, sino que depende del estado psicosomático de su naturaleza especial humana, que define su “filosofía del mundo y de la vida” y su jerarquía de valores, y es lo que dirige el tipo de su conducta y actividades y que mientras se mantenga este estado nada puede cambiar su tipo de conducta, esta es la causa de sus errores al pensar que con buenas palabras o con distintos tipos de castigos, podría cambiarse sus convencimientos.

Además, si comparamos los ahorros que se generan con estos consejos, con el otro mal que está relacionado con este problema, el antinatural crecimiento de la población del mundo que hoy, con sus 6.600 millones, es 33 veces más que la que existía en la época de Jesucristo, que multiplicándolo por el también antinatural crecimiento del consumo de energía del hombre contemporáneo, que la media, extendida por toda la población del mundo se estima que hoy, debido a nuestra extremadamente materialista “filosofía del mundo y de la vida”, es 3-4 veces mayor de lo normal y que tenía el hombre en la época de Jesucristo, multiplicando estos dos factores significaría 33 x (3-4)= 99-132 veces más consumo de energía que el que existía en la época de Jesucristo en el mismo tamaño de nuestro planeta, pero si tomamos en consideración de que estos dos acontecimientos negativos no han llegado aún a su techo, sino que según las estimaciones de las Naciones Unidas, la población del mundo hasta el año 2050 va a continuar creciendo a un ritmo de 80-90 millones de personas al año, llegando a la cantidad de 9.600 millones, y el consumo de energía de los hombres se extenderá también por los países económicamente emergentes como Indonesia, China, India, México, Brasil y buena parte de África, cuyo resultado podría ser una media de consumo de energía por persona de 4-5 veces mayor de lo normal, lo que multiplicado por el aumento de la población del mundo que será 46 veces más de la que existía en la época de Jesucristo nos dará, 46 x (4-5)= 192-240, que será prácticamente el doble de consumo de energía que el que actualmente tenemos, y que tenemos que producir en los próximos 41 años que tenemos hasta el año 2050, que además tendría que ser energía limpia, creo que no faltará ninguna demostración de que este requisito con ningún tipo de ahorro podríamos satisfacer

Disminuir esta enorme cantidad de energía con uso de bombillas de bajo consumo y con los otros consejos del Sr. Al Gore, no sólo nos demuestra su falta de conocimiento de la causa real de nuestros innumerable e interrelacionados males, sino que aceptando su enfoque para tratar estos males y problemas, desviaríamos por un equivocado mal camino nuestra búsqueda e investigaciones, autoengañándonos con los insignificantes resultados obtenidos con sus improvisados consejos, perdiendo con ello el muy necesitado tiempo para encontrar la verdadera y necesitada solución que podría salvarnos de una destrucción planetaria.

Reconociendo estos hechos, y aceptando que nuestros innumerables e interrelacionados males no han nacido por azar, sino que son los efectos de una causa común, y que esta causa es la conducta errónea del hombre contemporáneo, y apoyándonos en el conocimiento de la historia de la conducta y actividades del hombre que nos demuestra que su conducta no es constante ni preestablecida sino que depende del estado psicosomático de su naturaleza especial humana y que sólo puede obtener su perfección humana cuando logra establecer el perfecto equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza de la que está compuesta, y que existía en la época Clásica de la antigua Cultura de Grecia y en la época del Renacimiento de nuestra Cultura Cristiana, cuando no tenía el hombre dificultades de adaptarse con su conducta y actividades a las Leyes de la Naturaleza y evitar con ello crear daños a la perfecta evolución y desarrollo de nuestro Mundo Manifestado, al no encontrarnos en este privilegiado estado de nuestra naturaleza, para eliminar nuestros males, entre los que el cambio climático es sólo uno de ellos, lo que tenemos que hacer es buscar la posibilidad de restablecer el perfecto equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza especial humana.

Para obtener este objetivo me refiero a mis otros muchos ensayos inéditos sobre el tema, que cuando nuestras sociedades se interesen por su contenido con mucho deseo presentaré.

Madrid, 20 de Abril de 2009
Ferenc Z. Lantos

¿POR QUÉ NO LOGRARÁ TAMPOCO EL SR. AL GORE FRENAR EL PROGRESIVO EMPEORAMIENTO DE LA TIERRA Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

¿POR QUÉ NO LOGRARÁ TAMPOCO EL SR. AL GORE FRENAR EL PROGRESIVO EMPEORAMIENTO DE LA TIERRA Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

La causa que el problema del Cambio Climático ha llegado a niveles tan graves que hace peligrar ya nuestra subsistencia es que el único organismo oficial, las Naciones Unidas, que desde hace 35 años que en sus conferencias mundiales tratan nuestros nuevos tipos de males que han empezado a manifestarse desde la Revolución Industrial, y con más aceleración desde mediados del pasado siglo, han aceptado estos males, no como efectos de una causa común y tratar éstas, sino tal y como se ha presentado cada mal, tratándolo cada uno directamente y sin relacionarlos con una causa fundamental pero desconocida por ellos.

Debido a este erróneo enfoque en las que se basan aún los programas de las conferencias de las Naciones Unidas sobre nuestros innumerables e interrelacionados males, este organismo, sin saberlo, ha caído en un error similar a la de un mal médico quien intenta curar los manifestados efectos de un enfermo con una enfermedad infecciosa sin saber la existencia de la infección.

Como los negativos resultados de este erróneo enfoque del problema, generalmente no se manifiestan inmediatamente en un principio, sólo algunas personas más preocupadas por nuestro futuro descubren, cuyos avisos quedan ignorados hasta que estos males no llegan a manifestarse con tanta fuerza, que no cuesta nada para que todo el mundo pueda reconocerlos.

Este hecho de que nuestros nuevos tipos de males (antinatural y desenfrenada expansión demográfica, antinatural crecimiento del consumo de energía del hombre contemporáneo, la fiebre de las migraciones desde las pequeñas poblaciones rurales y ciudades comarcales hacia nuestras grandes ciudades, convirtiendo éstas en enormes y caóticas Metro y Megaciudades e indefinidas y deshumanizadas Conurbaciones, etc.) no han aparecido al azar, sino que son consecuencia de una causa común y que ésta es la errónea conducta y actividades del hombre contemporáneo que yo anuncié en mis artículos “Causa y solución del enorme aumento de la población del mundo” y “artículo dirigido a las Inteligencias Inquietas” publicados ambos en la revista ARQUITECTURA del C.O.A.M., y el primero de ellos también en el periódico ABC., ya en los últimos años algunos hombres importantes han reconocido, incluso alguien ha dicho en una de las últimas conferencias de las Naciones Unidas ... que “Si todos en el mundo vivieran como una persona promedio de los países con altos ingresos, necesitaríamos 2,6 planetas adicionales para mantenernos a todos vivos”

Desgraciadamente, en nuestro mundo despreocupado e insensible incluso hacia estos peligros reales, bajo cuya sombra vivimos, estos avisos han quedado como una noticia más, olvidados después de 3 días.

Empero, como de este peligroso acontecimiento demostrado ya con hechos indiscutibles por los científicos y especialistas sobre el tema, recogiendo y manejando estos hechos se pueden sacar grandes beneficios económicos, un hombre con un olfato de negocio y conocido mundialmente en el campo de la política y con capital suficiente como el Sr. Al Gore para presentar a través de nuestros sofisticados medios (películas, videos, Internet, televisión, prensa, etc.) los resultados negativos causados por el hombre contemporáneo para el medio ambiente de la Naturaleza de nuestro planeta, ha logrado con sus inversiones, al menos llamar la atención y concienciar el peligro real que este acontecimiento nos significa.

Empero, como el simple reconocimiento de que la causa de este mal (sin relacionarlo con los otros muchos males) es el hombre y no demostrar el por qué ha podido ocurrir esta errónea conducta y actividades del hombre justamente en nuestros tiempos (puesto que ninguno de estos manifestados males existían durante la época del Renacimiento, siendo el hombre como especie el mismo tipo) no es suficiente, sino para encontrar la verdadera solución necesitada faltaría conocer la naturaleza real de la especie humana.

Este conocimiento, como está relacionado con la Verdad sobre la Existencia del Mundo, que es una cuestión filosófica y que exige una entrega más profunda que nuestros políticos u hombres que ocupan cargos importantes pueden dedicar a la falta de este conocimiento sus consejos sobre la necesitada solución no llegan a ser más que unas improvisaciones precipitadas como los diez consejos del Sr. Al Gore, que pregona 10 sencillos gestos individuales que según él pueden cambiar el destino fatal del mundo: “usar bombillas de bajo consumo, conducir menos, reciclar más, revisar los neumáticos, usar menos agua caliente, ajustar el termostato, plantar un árbol y desenchufar los aparatos eléctricos”.

Al no descubrir por estos hombres que la conducta del hombre no es constante ni preestablecida como la de los animales, sino que depende del estado psicosomático de su naturaleza especial humana, que define su “filosofía del mundo y de la vida” y su jerarquía de valores, y es lo que dirige el tipo de su conducta y actividades y que mientras se mantenga este estado nada puede cambiar su tipo de conducta, esta es la causa de sus errores al pensar que con buenas palabras o con distintos tipos de castigos, podría cambiarse sus convencimientos.

Además, si comparamos los ahorros que se generan con estos consejos, con el otro mal que está relacionado con este problema, el antinatural crecimiento de la población del mundo que hoy, con sus 6.600 millones, es 33 veces más que la que existía en la época de Jesucristo, que multiplicándolo por el también antinatural crecimiento del consumo de energía del hombre contemporáneo, que la media, extendida por toda la población del mundo se estima que hoy, debido a nuestra extremadamente materialista “filosofía del mundo y de la vida”, es 3-4 veces mayor de lo normal y que tenía el hombre en la época de Jesucristo, multiplicando estos dos factores significaría 33 x (3-4)= 99-132 veces más consumo de energía que el que existía en la época de Jesucristo en el mismo tamaño de nuestro planeta, pero si tomamos en consideración de que estos dos acontecimientos negativos no han llegado aún a su techo, sino que según las estimaciones de las Naciones Unidas, la población del mundo hasta el año 2050 va a continuar creciendo a un ritmo de 80-90 millones de personas al año, llegando a la cantidad de 9.600 millones, y el consumo de energía de los hombres se extenderá también por los países económicamente emergentes como Indonesia, China, India, México, Brasil y buena parte de África, cuyo resultado podría ser una media de consumo de energía por persona de 4-5 veces mayor de lo normal, lo que multiplicado por el aumento de la población del mundo que será 46 veces más de la que existía en la época de Jesucristo nos dará, 46 x (4-5)= 192-240, que será prácticamente el doble de consumo de energía que el que actualmente tenemos, y que tenemos que producir en los próximos 41 años que tenemos hasta el año 2050, que además tendría que ser energía limpia, creo que no faltará ninguna demostración de que este requisito con ningún tipo de ahorro podríamos satisfacer

Disminuir esta enorme cantidad de energía con uso de bombillas de bajo consumo y con los otros consejos del Sr. Al Gore, no sólo nos demuestra su falta de conocimiento de la causa real de nuestros innumerable e interrelacionados males, sino que aceptando su enfoque para tratar estos males y problemas, desviaríamos por un equivocado mal camino nuestra búsqueda e investigaciones, autoengañándonos con los insignificantes resultados obtenidos con sus improvisados consejos, perdiendo con ello el muy necesitado tiempo para encontrar la verdadera y necesitada solución que podría salvarnos de una destrucción planetaria.

Reconociendo estos hechos, y aceptando que nuestros innumerables e interrelacionados males no han nacido por azar, sino que son los efectos de una causa común, y que esta causa es la conducta errónea del hombre contemporáneo, y apoyándonos en el conocimiento de la historia de la conducta y actividades del hombre que nos demuestra que su conducta no es constante ni preestablecida sino que depende del estado psicosomático de su naturaleza especial humana y que sólo puede obtener su perfección humana cuando logra establecer el perfecto equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza de la que está compuesta, y que existía en la época Clásica de la antigua Cultura de Grecia y en la época del Renacimiento de nuestra Cultura Cristiana, cuando no tenía el hombre dificultades de adaptarse con su conducta y actividades a las Leyes de la Naturaleza y evitar con ello crear daños a la perfecta evolución y desarrollo de nuestro Mundo Manifestado, al no encontrarnos en este privilegiado estado de nuestra naturaleza, para eliminar nuestros males, entre los que el cambio climático es sólo uno de ellos, lo que tenemos que hacer es buscar la posibilidad de restablecer el perfecto equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza especial humana.

Para obtener este objetivo me refiero a mis otros muchos ensayos inéditos sobre el tema, que cuando nuestras sociedades se interesen por su contenido con mucho deseo presentaré.

Madrid, 20 de Abril de 2009
Ferenc Z. Lantos

jueves, 23 de abril de 2009

¿CÓMO SE RESOLVERÁ LA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL?






¿CÓMO SE RESOLVERÁ LA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL?
Hay dos tipos de economías, uno de tipo universal que produce la Naturaleza en su proceso de desarrollo que incluyen todas las especies vivientes incluyendo también la especie human, y otro lo que crea el hombre con su conducta y actividades en su intento de aislarse de este desarrollo universal y tomar esto como materia prima a su aprovechamiento.

La primera, donde la especie humana, por algunos obstáculos geográficos o climáticos, no pueden participar (intervenir) como en las grandes selvas, océanos, o los que en estos sitios viven conjuntamente con las otras especies que existen allí forman parte integrante de la evolución y desarrollo de vidas en perfecta armonía y la más estricta economía.

En el caso de un bosque, por ejemplo, si en un año existe una sequía y se producen menos vegetales, que son los alimentos de los herbívoros, éstos emigran a otras zonas más fértiles, o disminuyen su capacidad de procreación, lo mismo ocurre con los animales carnívoros, que traen al mundo menos crías, o si hay menos mosquitos los pájaros ponen menos huevos, y así todos presienten instintivamente estos cambios y se adaptan con sus vidas, de manera natural y sin sufrir consecuencias negativas, a cada situación regida por las Leyes de la Naturaleza, sin crear problemas económicos.

Esta capacidad de adaptarse con la conducta con tanta perfección a las Leyes de la Naturaleza como lo hacen todos los animales, hemos visto a lo largo de la historia que para la especie humana no estaba garantizada y se ha presentado las siguientes situaciones:

1/ En la época prehistórica, que es conocida como la cultura primitiva y cuando se sentían parte integrante del Mundo y cuando la conducta y actividades de los hombres, estaban guiados aún por sus instintos, como las otras especies animadas, éstas también lograban adaptarse a las leyes de la Naturaleza y no tenían la necesidad de tener diferente idea para realizar sus vidas.

2/ Más tarde, en la época de nuestras civilizaciones y tomando el caso de la cultura de la antigua Grecia y nuestra Cultura Cristiana, observamos que en la época arcaica de la cultura de la antigua Grecia y en la Edad Media de nuestra Cultura Cristiana, cuando en ambas culturas tenían una “filosofía extremadamente espiritual del mundo y de la vida” e intentaban vivir de acuerdo con esta filosofía, exagerando las necesidades de su vida Espiritual a costa de las necesidades de su vida física, con esta nueva jerarquía de valores, él, con su conducta y actividades, perturba la justa evolución y desarrollo de nuestro Mundo en nuestro planeta, y al no sentir la unión fraternal con todos los seres animados que componen nuestro Mundo, trata éste como ajeno a sí mismo para utilizarlo en su beneficio, creando así, sin darse cuenta, su particular economía, que como se demostró, no ha logrado satisfacer las justas e intrínsecas necesidades de la especie humana, además de perturbar el justo y perfecto desarrollo y evolución del Mundo, del que depende el bienestar de los otros seres animados que lo componen.

3/ Aprendiendo de las contradicciones entre esta errónea “filosofía del mundo y de la vida” y de la realidad, en ambas culturas, poco a poco y de manera evolutiva, se logra establecer la justa “filosofía del mundo y de la vida” y recuperar con ello el justo equilibrio entre la parte Espiritual e Instintiva de la naturaleza especial humana, que como hemos visto es la condición indispensable para que el ser humano pueda adaptarse como lo hacen los otros seres animados, con su conducta y actividades, a las Leyes de la Naturaleza, cuando se siente unida con “ellos” y guiados con los mismos principios, y cuando no existe una economía particular suya diferente de esta economía universal que dirige la evolución y desarrollo de todo lo existente, y que es capaz de satisfacer las justas e intrínsecas necesidades no sólo de la especie humana sino de todas las especies que componen nuestro Mundo.

4/ Esta feliz e ideal situación según la historia de la conducta y actividades del hombre en estas dos culturas que existían en la época clásica de la antigua cultura de Grecia y en la época del Renacimiento en nuestra cultura, al experimentar las ventajas económicas en la vida cotidiana con los logros científicos obtenidos en todos los campos de nuestra vida práctica, en el optimismo de que esto se mejorará con sus avances aún más, los hombres de estas culturas cambian sus intereses Espirituales por intereses materiales, llegando en la época Helenística de la antigua cultura de Grecia y desde la Revolución Industrial en nuestra Cultura Cristiana, extendido esto ya por todas las partes de nuestro planeta, a su extrema materialista “filosofía del mundo y de la vida”, perdiendo en ambas culturas el hombre este justo equilibrio entre la parte Espiritual e Instintiva de su naturaleza especial humana, que es la condición indispensable para que él también pueda adaptarse con su conducta y actividades a las Leyes de la Naturaleza sin perturbar ni dañar el perfecto y armonioso desarrollo de nuestro Mundo.

Encontrándonos ya en el estado extremo de nuestra materialista “filosofía del mundo y de la vida” y el degenerado estado de nuestra vida psicosomática, de cuya consecuencia los hombres de nuestras civilizaciones no sienten la unión con los otros seres animados, de igual importancia con los mismos sino que consideran el Mundo de nuestro planeta como materia prima para la explotación en su propio beneficio, calificando las especies como beneficiosas o perjudiciales, criando unas y matando otras, cuyo resultado es la pérdida del justo y necesitado equilibrio entre las especies que componen nuestro mundo, y lo más grave de todo es la antinatural y desenfrenada expansión demográfica y anormal crecimiento del consumo de energía. (ver hoja nº 4 del Anexo)

Como consecuencia de este cambio la población del mundo, que en la época de Jesucristo tenía 200 millones, hoy es de 6.400 millones y el consumo de energía por persona, que en la época de Jesucristo considerándola normal, hoy, como consecuencia de nuestra extremadamente materialista “filosofía del mundo y de la vida” es 3-4 veces mayor de la normal, las que multiplicándolas significaría 32 (aumento de la población mundial) por 3-4 (aumento del consumo de energía) que nos daría 96-128 veces más consumo de energía del que existía en la época de Jesucristo y que actualmente tenemos, no es ni accidental ni transitorio, sino que está directamente relacionada con la naturaleza especial humana, que exige un conocimiento real sobre la Existencia Real de nuestro Mundo que es una cuestión filosófica que no poseen nuestros economistas, por lo que aceptando esto como un hecho dado como intentan tratar nuestros expertos en economía, respetando sin crítica las insaciables y antinaturales materialista demandas de los hombres espiritualmente vacíos de nuestras civilizaciones, los cuales sólo son capaces de buscar su felicidad en posesiones materiales, está demostrado por esta crisis mundial que nuestro planeta no es está capacitado para producir.

Si tomamos en consideración que este proceso negativo sólo está en la mitad del camino que nos espera para el año 2050, cuando según los anteriores datos, el consumo de energía mundial se duplicará, esta crisis que explotó hoy no es ni parecida a las anteriores crisis, cuando ni existía aún esta antinatural y desenfrenada expansión demográfica y anormal demanda materialista de los hombres para obtener sus felicidades sino quedaban aún algo de sus necesidades espirituales cuya satisfacción no costaba dinero, y así, los hombres estaban contentos y nuestro mundo podía responder a este tipo de exigencias.

Este falso optimismo basado en la idea, que el hombre siempre ha encontrado soluciones para resolver sus problemas, que sigue prevaleciendo hoy por nuestros especialistas y la gente en general, es sólo justificado porque estas personas, por sus formaciones, no están preparadas para juzgar los acontecimientos de manera holística y sentir y saber que en nuestro Mundo nada ocurre al azar sino que todo está relacionado entre sí y por el bien de todos.

Perturbar esta perfecta evolución y desarrollo de nuestro mundo que como hemos visto sólo lo puede causar el hombre y esto por su naturaleza única y especial, que si no logra establecer el perfecto estado psicosomático de su naturaleza especial humana, llegando a su extrema posibilidad en sus equivocaciones, interviene la Naturaleza para restablecer su perfecto desarrollo y funcionamiento del que depende esta economía universal que garantiza el bienestar a todos sus componentes sentientes a los seres animados incluyendo a la especie humana.

Este proceso ya ha empezado, ya que por nuestro erróneo modo de vida han surgido no solamente el problema de la superpoblación del mundo y el exceso de consumo de energía sino muchos otros males como las migraciones de la gente desde las zonas rurales y conflictivas, concentrando a la gente en caóticas y deshumanizadas Metro, Megaciudades e indefinidas y vulgares conurbaciones entre los que se encuentran ya ciudades con una extensión de 50-100 km. y con 5-30 millones de habitantes, dentro de las que, por los insoportables ruidos, todo tipo de contaminaciones, inseguridad ciudadana, todo tipo de crímenes y nuevos tipos de enfermedades físicas y psíquicas incurables, ya la vida es insoportable, en cuyo ambiente está bajando fuertemente la capacidad de procreación (fertilidad y esterilización entre la raza humana).

Empero, este proceso obtenido por la intervención de la Naturaleza y no por la intervención positiva de la especie humana de buscar y curar la causa de su erróneo modo de vida, dejando esto aparte, por la situación en la que nos encontramos, el necesario cambio, por falta de tiempo, ya no podría realizarse sin una destrucción planetaria, que podría ocurrir en cualquier día antes del año 2050, cuando la población del mundo teóricamente y por intervención de la Naturaleza alcanzará su techo y empezará a disminuir la población del mundo.

Sin embargo, en este tiempo que existirá durante el tiempo antes de esta catástrofe planetaria que pondría fin a nuestro desesperante y enloquecido modo de vida, en la que se envejecería la población del mundo cuyo mantenimiento de vida sería muy costosa y una carga insoportable para los productores de trabajo y la situación económica de los que esperarán la gente de obtener sus felicidades, incluso sería peor que la nuestra, creando sufrimientos inaguantables para toda la población del Mundo.

Evitar esta dramática terminación de nuestras civilizaciones extendidas ya por todas las partes de nuestro planeta todo indica que no podemos, pero reconocida de que la causa de esta terrible situación es el erróneo modo de vida de los hombres de nuestras civilizaciones, y demostrando a través de la historia de la conducta y actividades del hombre de las antiguas culturas de Grecia y nuestra Cultura Cristiana, que existe la posibilidad para el hombre también para que adapte con su conducta y actividades a las Leyes de la Naturaleza, cuando él pierde su capacidad de equivocarse y hacer daño a l Naturaleza y esto ocurre cuando logra establecer el justo equilibrio entre la parte Espiritual e Instintiva de su naturaleza especial humana, conociendo este hecho y posibilidad, tendríamos que aprovechar este negativo acontecimiento de nuestra crisis mundial y tomar esto como aviso para concentrar nuestra investigación en la búsqueda de cómo encontrar el camino para restablecer el perfecto estado de nuestra naturaleza psicosomática.

Aunque este necesitado cambio por falta de tiempo ya no se puede realizar por vía evolutiva y de manera pacífica, empezando ya podríamos lograr que para los que aceptaran esta justa y necesitada “idea sobre el mundo y de la vida” aguantarán más los sufrimientos que causará nuestra errónea conducta y actividades, y tendríamos elaborado durante este tiempo las correspondientes justas y necesitadas soluciones que no se han podido introducir pero que servirían como ejemplos para los supervivientes quienes estarán abiertos hacia esta justa y nueva ideología, que abrirá un nuevo camino para una nueva cultura.

Madrid, 30 de Diciembre de 2009
Ferenc Z. Lantos