Para percibir la real magnitud de nuestros males, surgidos desde la Revolución Industrial, y el grave peligro que esto significa para nuestra vida y de nuestro futuro, tendríamos que tratar estos no separadamente y sin relacionarlos con una Causa común, como están haciendo las Naciones Unidas en sus Conferencias Mundiales, porque aunando sólo tres de estos males queda demostrado la imposibilidad de encontrar la solución para eliminarlos y abrir un nuevo camino para la salvación de nuestras civilizaciones.
1/ La antinatural y desenfrenada expansión demográfica
La población del mundo en la época de Jesucristo era de.…………………………200 millones de hab.
En el año 1400 (Edad Media) para aumentar con 100 millones se tardó 700 años=……..400 m. de hab.
Entre 1400-1800 (Renacimiento) “ “ se tardó 100 años=……..800 m. de hab.
Entre 1800-1900 (Rev. Industrial) “ “ se tardó 12,8 años=…...1.600 m. de hab.
Entre 1900-1960 (Rev. Industrial) “ “ se tardó 3,7 años=……3.200 m. de hab.
Entre 1960-2000 (Rev. Industrial) “ “ se tardó 1,25 años=…...6.400 m. de hab.
Entre 2000-2050 (se estima que continuará aumentando llegando a la cifra de)=……..9.400 m. de hab.
Este cuadro nos enseña dramáticamente el antinatural y enfermizo crecimiento de este fenómeno, demostrando que es la causa principal de nuestros problemas.
2/ El antinatural crecimiento del consumo de energía del hombre contemporáneo
Sus consecuencias las enseña el Sr. Al Gore en su película “Una verdad incómoda”, que aunque es muy dramática, pero si añadimos a esto los cambios que se están produciendo y se producirán imparablemente durante los próximos 42 años, a saber: se aumentará la población del mundo con 3.000 millones de personas y se extenderá el consumo de energía de los países desarrollados a Indonesia, China, India, México y países de África y América del Sur. Este consumo sería como mínimo el doble que existe hoy, demostrando que el Sr. Al Gore ha sido corto en asustarnos en su película.
3/ Las migraciones y el desastroso desarrollo de nuestros asentamientos humanos (ciudades y poblados)
Hasta principios del siglo pasado, sólo el 20% de la población mundial vivía en ciudades y ninguna de éstas pasaba de 1.000.000 de habitantes, manteniendo cada una un tamaño definido, una estructura clara y ordenada, una distribución funcional y una forma expresiva y bella en perfecta armonía con su medio ambiente.
Esta proporción hoy, cuando la población del mundo ya es 6.600 millones se ha cambiado por la del 50% o sea 3.300 millones de personas viven en ciudades, entre las que se encuentran 30 Metro-Megaciudades e indefinidas Conurbaciones entre 5 y 20 millones de habitantes y con una extensión de 60-80 km. de diámetro, dentro de las que se han fusionado, de manera caótica, 40-60 ciudades y poblados. Empero, estos desastrosos desarrollos, dentro de los que impera el caos, insoportables ruidos, todo tipo de contaminaciones, fealdades, inseguridad ciudadana, robos, crímenes y nuevos tipos de enfermedades incurables, etc., y a pesar de las muy negativas experiencias obtenidas en estas monstruosas aglomeraciones, los hombres de nuestras sociedades quedan indiferentes ante la noticia de que esta tendencia suicida continuará, estimándose que para el año 2050 el 70% de la población mundial o sea 6.580 millones de personas vivirán en un “mundo urbanizado”, que sería como el doble de lo que tenemos hoy, y que lo tendríamos que construir durante estos 42 años que nos quedan hasta el año 2050, estando demostrado a gritos de que resolver estos problemas con los enfoques y criterios en los que se basan las investigaciones de las Naciones Unidas y otras entidades que tratan estos temas será irrealizable y su continua aplicación llevaría a nuestras civilizaciones a su destrucción irreparable.
No obstante, reconociendo ya que estos males no se han presentado al azar sino que son manifestaciones de una Causa común, y que en este caso es la naturaleza única y especial del hombre, cuya conducta no es preestablecida e invariable, como la de los otros seres animados (animales) por debajo de su nivel, sino que, dependiendo del estado psicosomático de su naturaleza él obtiene su “filosofía del mundo y de la vida”, que define su jerarquía de valores y que guía su conducta y actividades.
Aprendemos de la historia de la conducta y actividades del hombre, que estando su naturaleza compuesta de espíritu e instinto, él tenía tres posibilidades de elegir su vida; puede sobrevalorar la parte espiritual a costa de la parte instintiva de su naturaleza y tener una “filosofía excesivamente espiritual”, cosa que existía en la época de la Edad Media de nuestra cultura Cristiana; hacer lo contrario y tener una extremadamente materialista “filosofía del mundo y de la vida”, que se ha extendido desde la Revolución Industrial entre todas las civilizaciones de hoy en día; o puede prestar la misma atención a ambas partes de su naturaleza y establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual y la instintiva de su naturaleza especial humana y obtener su perfecta “filosofía del mundo y de la vida”, situación que existió en la época del Renacimiento de nuestra cultura Cristiana.
Estos ejemplos nos demuestran que en los dos primeros casos, como consecuencia de estas erróneas “filosofía del mundo y de la vida” y de la pérdida del perfecto estado psicosomático de la naturaleza de la especie humana, han nacido distintos tipos de males, que en el primer caso sólo se lograron eliminar estableciendo el justo equilibrio perdido entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza psicosomática, que se realizó por un lento proceso evolutivo, llegando a su culminación en la época del Renacimiento, cuando el hombre, al recuperar su única y real naturaleza, ha perdido su libertad de equivocarse y no le costaba nada adaptarse con su conducta, como lo hacen los otros seres animados (animales) a las Leyes de la Naturaleza y restablecer con ello el ordenado y armonioso desarrollo de nuestro Mundo Manifestado, asegurando así el bienestar de todos sus componentes, a los seres animados ( animales y vegetales) y nuestra propia felicidad.
Basado en estos hechos, para salvar nuestras civilizaciones de su destrucción, sabiendo que la Causa de todos nuestros males es nuestra extremadamente materialista “filosofía del mundo y de la vida” y el degenerado estado de nuestra naturaleza psicosomática y la única solución es la recuperación de la justa “filosofía del mundo y de la vida” y el perfecto estado psicosomático de nuestra naturaleza especial humana, ya sabemos el objetivo de nuestra investigación, pero el problema es que si incluso hubieran aceptado los hombres de nuestras sociedades este enfoque de nuestros problemas, tuviéramos o no tiempo para, ante el avanzado grado de nuestros males, realizar este necesitado cambio por medio de un camino pacífico y evolutivo, o al no poder parar ya este proceso destructivo, esto se realice de una manera destructiva y revolucionaria, cuando los supervivientes aceptarán esta necesitada idea que se elaborará durante este período de transición, y que abrirá un nuevo camino para ellos y para las nuevas generaciones.
Madrid, 11 de Mayo de 2009
Ferenc Z. Lantos
martes, 2 de junio de 2009
lunes, 11 de mayo de 2009
¿QUÉ HA CAUSADO LA REPENTINA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL Y CÓMO SE RESOLVERÁ ÉSTA?
Si juzgamos este problema directa y aisladamente de otros problemas y males sin relacionarlos con una Causa común de todos, que es el mal enfoque de nuestros especialistas, esto, según ellos, es la causa de un desfase de producción y venta de los productos, la especulación, la desconfianza y el miedo de inversiones, etc., que paraliza el movimiento de capital, que pasado un tiempo, como ha ocurrido anteriormente, se mejorará.
Empero, como la verdadera Causa de este y otros de nuestros males no es tan simple, sino que está relacionado con la Verdad sobre la Existencia, juzgando este problema desde este punto de vista, observamos que en el mundo hay dos tipos de economía, una es el desarrollo mismo de nuestro Mundo Manifestado, en el que, donde no interviene el hombre con su conducta y actividades, a pesar de que este mundo está compuesto de innumerables especies animadas, cada una con una necesidad de mantener sus vidas, nuestro Mundo es capaz de satisfacer estas necesidades, asegurando un uso y distribución de sus bienes lo más económicamente posible.
Este resultado positivo está logrado por ser implantada la Verdad sobre la Existencia, que es el Amor Puro y Universal, en los instintos de cada especie, que dirige sus conductas sin posibilidad de cambiar de sus partes sus conductas.
Desgraciadamente, esta situación tan favorable de mantener la economía mundial perfecta no existe en la especie humana, siendo la causa de esto su única y especial naturaleza humana, compuesta además de Instinto también de Espíritu, que al ser idéntico con el Espíritu Supremo, del Amor Puro posee sus facultades de Conciencia, Conocimiento y Fuerza Creativa, a través de la que puede reflexionar, juzgar y valorar los acontecimientos a su alrededor, obteniendo así su libertad de actuación y de ser guiado por su idea, de cuya consecuencia sus necesidades para obtener su felicidad cambia.
De la historia de la conducta y actividades de la especie humana hemos observado que sólo cuando logra establecer el perfecto equilibrio entre la parte Espiritual y la Instintiva de su naturaleza es cuando coincide su Idea con la Idea Subyacente con la Existencia Real del Amor Puro y cuando sus necesidades coinciden con las de los otros seres animados por debajo de su nivel y cuando nuestro Mundo Manifestado puede satisfacer las necesidades de todos los seres animados que la componen y establecer una economía equilibrada y perfecta a nivel mundial.
Cuando por la exagerada valoración de su vida instintiva sus demandas materiales aumentan desproporcionalmente, como está ocurriendo actualmente en todas las partes de nuestro planeta, y los hombres buscan su felicidad en posesiones materiales, llegando hoy, por culpa de nuestra exagerada “materialista filosofía del mundo y de la vida” a que la población del mundo, con sus 6.600 millones de habitantes, o sea 32 veces más, pero según las estimaciones de las Naciones Unidas, esta cifra, para el año 2050 podría llegar a la cifra de 9.000-10.000 millones, que es 45-50 más que nuestro planeta tenía en la época de Jesucristo, que si lo multiplicamos por el antinatural crecimiento del consumo de energía de los hombres contemporáneos, que para el año 2050 puede llegar a tener una media de 4-5 veces más de lo normal por persona, significaría (45-50) x (4-5)= 180-250 veces más consumo de energía de lo que existía en la época de Jesucristo.
Como esta antinatural demanda materialista nuestro planeta no la puede satisfacer ya, y como estando los hombres de nuestras civilizaciones absorbidos por esta falsa y suicida “filosofía del mundo y de la vida”, ningún intento práctico aconsejado por nuestros especialistas sobre economía podría parar el proceso destructivo de este fenómeno que nos espera para el próximo futuro.
Aunque hay una solución que es cambiar nuestra errónea “filosofía del mundo y de la vida” que desgraciadamente, por falta de tiempo, no es realizable pero valdría para salvar a los supervivientes de nuestras civilizaciones.
En esta situación tan pesimista alguien podría preguntarse que sentido hay de dedicar el tiempo en investigar la búsqueda para esta nueva “filosofía del mundo y de la vida” que corresponde para nuestras circunstancias y que podría anular nuestros males y abrir un nuevo camino para nuestras futuras generaciones.
A esta pregunta puedo contestar encontrándome entre estos pocos investigadores que el precio de este trabajo es el de sentirme elegido para participar en corregir la errónea conducta de mis congéneres, cuyos resultados, si no ellos, los disfrutarán otras generaciones, que desde el punto de vista de la humanidad es la misma.
Madrid, 7 de Enero de 2009
Ferenc Z. Lantos
Empero, como la verdadera Causa de este y otros de nuestros males no es tan simple, sino que está relacionado con la Verdad sobre la Existencia, juzgando este problema desde este punto de vista, observamos que en el mundo hay dos tipos de economía, una es el desarrollo mismo de nuestro Mundo Manifestado, en el que, donde no interviene el hombre con su conducta y actividades, a pesar de que este mundo está compuesto de innumerables especies animadas, cada una con una necesidad de mantener sus vidas, nuestro Mundo es capaz de satisfacer estas necesidades, asegurando un uso y distribución de sus bienes lo más económicamente posible.
Este resultado positivo está logrado por ser implantada la Verdad sobre la Existencia, que es el Amor Puro y Universal, en los instintos de cada especie, que dirige sus conductas sin posibilidad de cambiar de sus partes sus conductas.
Desgraciadamente, esta situación tan favorable de mantener la economía mundial perfecta no existe en la especie humana, siendo la causa de esto su única y especial naturaleza humana, compuesta además de Instinto también de Espíritu, que al ser idéntico con el Espíritu Supremo, del Amor Puro posee sus facultades de Conciencia, Conocimiento y Fuerza Creativa, a través de la que puede reflexionar, juzgar y valorar los acontecimientos a su alrededor, obteniendo así su libertad de actuación y de ser guiado por su idea, de cuya consecuencia sus necesidades para obtener su felicidad cambia.
De la historia de la conducta y actividades de la especie humana hemos observado que sólo cuando logra establecer el perfecto equilibrio entre la parte Espiritual y la Instintiva de su naturaleza es cuando coincide su Idea con la Idea Subyacente con la Existencia Real del Amor Puro y cuando sus necesidades coinciden con las de los otros seres animados por debajo de su nivel y cuando nuestro Mundo Manifestado puede satisfacer las necesidades de todos los seres animados que la componen y establecer una economía equilibrada y perfecta a nivel mundial.
Cuando por la exagerada valoración de su vida instintiva sus demandas materiales aumentan desproporcionalmente, como está ocurriendo actualmente en todas las partes de nuestro planeta, y los hombres buscan su felicidad en posesiones materiales, llegando hoy, por culpa de nuestra exagerada “materialista filosofía del mundo y de la vida” a que la población del mundo, con sus 6.600 millones de habitantes, o sea 32 veces más, pero según las estimaciones de las Naciones Unidas, esta cifra, para el año 2050 podría llegar a la cifra de 9.000-10.000 millones, que es 45-50 más que nuestro planeta tenía en la época de Jesucristo, que si lo multiplicamos por el antinatural crecimiento del consumo de energía de los hombres contemporáneos, que para el año 2050 puede llegar a tener una media de 4-5 veces más de lo normal por persona, significaría (45-50) x (4-5)= 180-250 veces más consumo de energía de lo que existía en la época de Jesucristo.
Como esta antinatural demanda materialista nuestro planeta no la puede satisfacer ya, y como estando los hombres de nuestras civilizaciones absorbidos por esta falsa y suicida “filosofía del mundo y de la vida”, ningún intento práctico aconsejado por nuestros especialistas sobre economía podría parar el proceso destructivo de este fenómeno que nos espera para el próximo futuro.
Aunque hay una solución que es cambiar nuestra errónea “filosofía del mundo y de la vida” que desgraciadamente, por falta de tiempo, no es realizable pero valdría para salvar a los supervivientes de nuestras civilizaciones.
En esta situación tan pesimista alguien podría preguntarse que sentido hay de dedicar el tiempo en investigar la búsqueda para esta nueva “filosofía del mundo y de la vida” que corresponde para nuestras circunstancias y que podría anular nuestros males y abrir un nuevo camino para nuestras futuras generaciones.
A esta pregunta puedo contestar encontrándome entre estos pocos investigadores que el precio de este trabajo es el de sentirme elegido para participar en corregir la errónea conducta de mis congéneres, cuyos resultados, si no ellos, los disfrutarán otras generaciones, que desde el punto de vista de la humanidad es la misma.
Madrid, 7 de Enero de 2009
Ferenc Z. Lantos
viernes, 8 de mayo de 2009
¿POR QUÉ SERÁ TAMBIÉN UN FRACASO LA PRÓXIMA CONFERENCIA MUNDIAL DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL TEMA DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y QUIZÁS LA ÚLTIMA...
¿POR QUÉ SERÁ TAMBIÉN UN FRACASO LA PRÓXIMA CONFERENCIA MUNDIAL DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL TEMA DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y QUIZÁS LA ÚLTIMA POSIBILIDAD DE SALVAR NUESTRAS CIVILIZACIONES DE SU PROPIA DESTRUCCIÓN PLANETARIA?
Si comparamos nuestra situación actual con la del año 1966, cuando yo expuse en mis artículos “Causa y solución del enorme aumento de la población del mundo” y “Artículo dirigido a las Inteligencias inquietas”, el primero publicado en la revista ARQUITECTURA del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y en el periódico ABC, y la segunda en la revista del C.O.A.M., en los que exponía .. “La causa de este aumento de la población radica en el malentendido de la naturaleza humana y en una errónea relación con el mundo y su Creador. El medio de solucionarlo está en comprender la naturaleza del hombre, su destino, su lugar en el mundo, la naturaleza de dicho mundo y el objetivo del Creador para con él. En otras palabras buscar la Verdad”.
Para buscar esta Verdad, en el mismo artículo redacte un programa de actuación que quería realizar con un equipo de elite formado por nuestros profesionales, que no llegó a formarse por no existir en aquel tiempo con tanta claridad y amenaza nuestros males y nadie se interesó en presentarse para trabajar juntos, ni ningún organismo oficial u organización profesional, social, política o cultural, los que, diez años más tarde, empezaron en sus conferencias y congresos mundiales a tratar nuestros males según se presentaban a lo largo de aquellos años, pero al no relacionarlos con una Causa común, que yo ya había anunciado, estos organismos y organizaciones tampoco se han interesado por mis enfoques particulares, por lo que tuve que continuar mis investigaciones y búsqueda en solitario.
Durante estos 44 años, siguiendo los temas, tanto de las conferencias mundiales de las Naciones Unidas como las de otros organismos oficiales y organizaciones profesionales, sociales, políticas y culturales, que como ha empeorado progresivamente nuestra situación en cada uno de los campos que trataban en sus temas elegidos y discutidos en sus conferencias y congresos, éstos se han multiplicado más y más, sin descubrir que la causa de estos fracasos ha sido el erróneo enfoque de nuestros problemas, y que ha consistido en que en cada ocasión han sido aceptados nuestros males como algo dado, como un hecho natural, sin relacionar unos con otros y con una Causa común de todos, que ante la gravedad de nuestra situación, hoy, después de 44 años de mi anuncio, en las últimas conferencias de la Naciones Unidas ya se han oído opiniones como que… la causa de todos nuestros males es la conducta del hombre contemporáneo …, incluso frases como … “ Si todos en el mundo vivieran como una persona promedio de los países con altos ingresos, necesitaríamos 2,6 planetas adicionales para mantenernos todos vivos”.
Esta verdad parece que los organizadores de la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará en el mes de Diciembre de 2009 en Copenhagen, si juzgamos los enfoques en los que se basaban los programas de las Conferencias preparativas celebradas en Valencia, Bali y Posnan, no la han tomado en serio, ya que tampoco estaba relacionado este mal con los otros males existentes, ni con una Causa común a todos, y a las personas que pronunciaban estos hechos, ya conocidos por todos, los tachaban de catastrofistas.
Basándome en mi ininterrumpida investigación sobre el tema, sabiendo que no es suficiente con reconocer solamente que el causante de nuestros males, entre los que el cambio climático es uno de ellos, es la errónea conducta del hombre contemporáneo, sino que haría falta saber el porqué ha ocurrido esto justamente hoy, que estas personas por no estudiar la naturaleza real de la especie humana no pueden conocer, yo llamaría a estas personas no catastrofistas sino simplemente observadores de un hecho indiscutible.
Para apreciar realmente la gravedad de nuestra situación y la demostración de porqué hemos llegado a este nivel y porqué basado en el enfoque de tratar el problema del cambio climático aisladamente de otros de nuestros males y no que busca la Causa de todos ellos, voy a considerar y tratar todos juntos como efectos de esta Causa común ignorada por ellos.
Haciendo esto y refiriéndome a los males que las Naciones Unidas han tratado desde el año 1976 en varias de sus conferencias mundiales separando cada uno y empezando con:
1/ La desenfrenada y antinatural expansión demográfica, que en el año 1966, cuando yo anuncié este peligro y lo que significaba para nuestro futuro, la población del mundo era de 3.200 millones de personas y hoy, en 2009 es de 6.600 millones.
2/ El antinatural crecimiento del consumo de energía, que la media de consumo de los hombre de nuestras civilizaciones era en el año 1966, 2 veces más de lo normal, considerando como normal la unidad la que existía en la época de Jesucristo, y hoy, en el año 2009, es 3-4 más de lo normal.
3/ En el año 1966, el 20% de la población mundial vivía en ciudades entre las que las más grandes eran de 1-3 millones de habitantes y en el año 2009, el 50% de la población del mundo vive en grandes ciudades, entre las que ya existen 30 Metro y Megaciudades e indefinidas Conurbaciones entre 5 y 30 millones de habitantes, y para el año 2050 puede concentrarse hasta el 70% de la población mundial en estas caóticas, deshumanizadas y monstruosas aglomeraciones.
4/ El sobrecalentamiento de la Tierra y el cambio climático en el año 1966 no existía, que hoy, en 2009 con una población del mundo de 6.600 millones, y una media de consumo de energía del hombre contemporáneo de 3-4 veces más que la que han consumido los hombres en la época de Jesucristo, cuando la población del mundo era de 200 millones de habitantes, multiplicando estos dos factores: 33 (aumento de la población) x 3-4 (aumento del consumo de energía)= 99-132 veces más consumo de energía, pero como el crecimiento de la población del mundo aún no ha llegado a su techo y se espera que para el año 2050 puede llegar a la cifra de 9.400 millones, lo que significaría 47 veces más población mundial que la que existía en la época de Jesucristo y que si multiplicamos este factor por 4-5 (aumento medio del consumo de energía por persona que tendremos en el año 2050) nos daría 188-235 veces más consumo de energía, que es prácticamente el doble de lo que tenemos hoy.
Aunando estos cuatro males, sin apuntar aquí que la naturaleza de la especie humana sólo puede desarrollar su vida en plenitud en un ambiente definido, ordenado, armonioso y bello que encuentra en la Naturaleza, pero no en estas ciudades indefinidas, caóticas, feas, ruidosas, llenas de contaminaciones, inseguridad ciudadana, etc. ¿Cómo puede uno pensar que durante estos 42 años que nos quedan para el año 2050 podamos construir, por el aumento de la población y por recuperar la falta de techo de 1.200 millones de personas, que hoy existe, casi tanto volumen de construcción como el que tenemos hoy y producir energías limpias para el doble de lo que consumimos hoy?
Ante estos hechos reales sólo un infundado optimismo en nuestra capacidad de avances científicos y técnicos y tecnologías puede justificar continuar tratando nuestros males aisladamente unos de otros y sin relacionarlos con una Causa común de todos, autoengañarnos con algunos resultados puntuales que en comparación con lo que necesitamos no es más que lo que representa una gota de agua en el océano y nos sirve sólo para tranquilizarnos y posponer la inevitable destrucción planetaria.
Para justificar la conducta del hombre contemporáneo como causa de todos nuestros males que han surgido desde la Revolución Industrial, además de los cuatro que directamente afectan al problema del cambio climático, voy a mencionar algunos más que no existían antes de 1966, desde que las Naciones Unidas están tratando éstos sin éxito, más bien por el mal enfoque de sus programas han atribuido a sus apariencias:
5/ Pérdida de la biodiversidad de nuestro planeta, que no existía en el año 1966, y que hoy se habla del 20% de pérdida, pero que esta tendencia continuará hasta 2050.
6/ Nuevas enfermedades incurables de tipo físico u psíquico, sida, alzheimer, paludismo, etc.
7/ Drogadicción, prácticamente no existía en el año 1966.
8/ Envejecimiento de la población en el mundo, no existía en el año 1966, hoy es uno de los más graves problemas de nuestras sociedades.
9/ Destrucción de la vida familiar, no existía en el año 1966.
10/ Las desviaciones sexuales de su forma natural.
11/ La pérdida del verdadero amor en la relación entre el hombre y la mujer y entre padres e hijos.
12/ La violencia de género.
13/ Desastres naturales, deforestaciones, desertizaciones.
14/ La pérdida de ideologías de tipo espiritual y religioso, que unió los pensamientos de los hombres y permitió la comunicación entre los hombres creativos y contemplativos, y que por falta de esto, hoy, la humanidad no tiene un horizonte y vive en confusión y con despreocupación y egoísmo entre unos y otros.
Ante estos hechos, sabiendo que la Causa de todos nuestros manifestados males es la extremadamente materialista “filosofía del mundo y de la vida” y el degenerado estado de la naturaleza psicosomática del hombre contemporáneo que dirige sus conductas y actividades, y que mientras no se logre recuperar el perfecto estado perdido de nuestra naturaleza especial humana, respetando este erróneo estado de nuestra naturaleza ningún intento nos servirá para eliminar nuestros males, por lo que como para lograr este necesitado cambio se necesita un proceso más largo, que en nuestras circunstancia tenemos, todo indica que ni con esta enfoque podríamos salvar nuestras civilizaciones de una destrucción planetaria, llevando su modo de vida hasta su fin.
No obstante, aunque ya nada ni nadie puede evitar este catastrófico fin de nuestras civilizaciones, al introducir este justo enfoque de nuestros problemas, tendríamos la ventaja que durante este periodo de transición trabajaríamos ya en el justo camino de nuestra investigación, y aunque sus correspondientes resultados no los podríamos poner hoy en práctica, pero éstos sí serían plasmados en soluciones teóricas, los supervivientes y nuestras futuras generaciones, quienes aceptaran esta nueva y justa “filosofía del mundo y de al vida” disfrutarían de este regalo y herencia, que además salvaría el futuro de la humanidad, abriendo para ella un nuevo camino para una nueva cultura.
Este tipo de búsqueda abandonada a la suerte es lo que nosotros estamos realizando dentro de mi Centro de Investigación, esperando que antes de que sea tarde algunos organismos oficiales u organizaciones humanísticas se interesen por el resultado de nuestros trabajos.
Madrid, 1 de Marzo de 2009
Ferenc Z. Lantos
Si comparamos nuestra situación actual con la del año 1966, cuando yo expuse en mis artículos “Causa y solución del enorme aumento de la población del mundo” y “Artículo dirigido a las Inteligencias inquietas”, el primero publicado en la revista ARQUITECTURA del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y en el periódico ABC, y la segunda en la revista del C.O.A.M., en los que exponía .. “La causa de este aumento de la población radica en el malentendido de la naturaleza humana y en una errónea relación con el mundo y su Creador. El medio de solucionarlo está en comprender la naturaleza del hombre, su destino, su lugar en el mundo, la naturaleza de dicho mundo y el objetivo del Creador para con él. En otras palabras buscar la Verdad”.
Para buscar esta Verdad, en el mismo artículo redacte un programa de actuación que quería realizar con un equipo de elite formado por nuestros profesionales, que no llegó a formarse por no existir en aquel tiempo con tanta claridad y amenaza nuestros males y nadie se interesó en presentarse para trabajar juntos, ni ningún organismo oficial u organización profesional, social, política o cultural, los que, diez años más tarde, empezaron en sus conferencias y congresos mundiales a tratar nuestros males según se presentaban a lo largo de aquellos años, pero al no relacionarlos con una Causa común, que yo ya había anunciado, estos organismos y organizaciones tampoco se han interesado por mis enfoques particulares, por lo que tuve que continuar mis investigaciones y búsqueda en solitario.
Durante estos 44 años, siguiendo los temas, tanto de las conferencias mundiales de las Naciones Unidas como las de otros organismos oficiales y organizaciones profesionales, sociales, políticas y culturales, que como ha empeorado progresivamente nuestra situación en cada uno de los campos que trataban en sus temas elegidos y discutidos en sus conferencias y congresos, éstos se han multiplicado más y más, sin descubrir que la causa de estos fracasos ha sido el erróneo enfoque de nuestros problemas, y que ha consistido en que en cada ocasión han sido aceptados nuestros males como algo dado, como un hecho natural, sin relacionar unos con otros y con una Causa común de todos, que ante la gravedad de nuestra situación, hoy, después de 44 años de mi anuncio, en las últimas conferencias de la Naciones Unidas ya se han oído opiniones como que… la causa de todos nuestros males es la conducta del hombre contemporáneo …, incluso frases como … “ Si todos en el mundo vivieran como una persona promedio de los países con altos ingresos, necesitaríamos 2,6 planetas adicionales para mantenernos todos vivos”.
Esta verdad parece que los organizadores de la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará en el mes de Diciembre de 2009 en Copenhagen, si juzgamos los enfoques en los que se basaban los programas de las Conferencias preparativas celebradas en Valencia, Bali y Posnan, no la han tomado en serio, ya que tampoco estaba relacionado este mal con los otros males existentes, ni con una Causa común a todos, y a las personas que pronunciaban estos hechos, ya conocidos por todos, los tachaban de catastrofistas.
Basándome en mi ininterrumpida investigación sobre el tema, sabiendo que no es suficiente con reconocer solamente que el causante de nuestros males, entre los que el cambio climático es uno de ellos, es la errónea conducta del hombre contemporáneo, sino que haría falta saber el porqué ha ocurrido esto justamente hoy, que estas personas por no estudiar la naturaleza real de la especie humana no pueden conocer, yo llamaría a estas personas no catastrofistas sino simplemente observadores de un hecho indiscutible.
Para apreciar realmente la gravedad de nuestra situación y la demostración de porqué hemos llegado a este nivel y porqué basado en el enfoque de tratar el problema del cambio climático aisladamente de otros de nuestros males y no que busca la Causa de todos ellos, voy a considerar y tratar todos juntos como efectos de esta Causa común ignorada por ellos.
Haciendo esto y refiriéndome a los males que las Naciones Unidas han tratado desde el año 1976 en varias de sus conferencias mundiales separando cada uno y empezando con:
1/ La desenfrenada y antinatural expansión demográfica, que en el año 1966, cuando yo anuncié este peligro y lo que significaba para nuestro futuro, la población del mundo era de 3.200 millones de personas y hoy, en 2009 es de 6.600 millones.
2/ El antinatural crecimiento del consumo de energía, que la media de consumo de los hombre de nuestras civilizaciones era en el año 1966, 2 veces más de lo normal, considerando como normal la unidad la que existía en la época de Jesucristo, y hoy, en el año 2009, es 3-4 más de lo normal.
3/ En el año 1966, el 20% de la población mundial vivía en ciudades entre las que las más grandes eran de 1-3 millones de habitantes y en el año 2009, el 50% de la población del mundo vive en grandes ciudades, entre las que ya existen 30 Metro y Megaciudades e indefinidas Conurbaciones entre 5 y 30 millones de habitantes, y para el año 2050 puede concentrarse hasta el 70% de la población mundial en estas caóticas, deshumanizadas y monstruosas aglomeraciones.
4/ El sobrecalentamiento de la Tierra y el cambio climático en el año 1966 no existía, que hoy, en 2009 con una población del mundo de 6.600 millones, y una media de consumo de energía del hombre contemporáneo de 3-4 veces más que la que han consumido los hombres en la época de Jesucristo, cuando la población del mundo era de 200 millones de habitantes, multiplicando estos dos factores: 33 (aumento de la población) x 3-4 (aumento del consumo de energía)= 99-132 veces más consumo de energía, pero como el crecimiento de la población del mundo aún no ha llegado a su techo y se espera que para el año 2050 puede llegar a la cifra de 9.400 millones, lo que significaría 47 veces más población mundial que la que existía en la época de Jesucristo y que si multiplicamos este factor por 4-5 (aumento medio del consumo de energía por persona que tendremos en el año 2050) nos daría 188-235 veces más consumo de energía, que es prácticamente el doble de lo que tenemos hoy.
Aunando estos cuatro males, sin apuntar aquí que la naturaleza de la especie humana sólo puede desarrollar su vida en plenitud en un ambiente definido, ordenado, armonioso y bello que encuentra en la Naturaleza, pero no en estas ciudades indefinidas, caóticas, feas, ruidosas, llenas de contaminaciones, inseguridad ciudadana, etc. ¿Cómo puede uno pensar que durante estos 42 años que nos quedan para el año 2050 podamos construir, por el aumento de la población y por recuperar la falta de techo de 1.200 millones de personas, que hoy existe, casi tanto volumen de construcción como el que tenemos hoy y producir energías limpias para el doble de lo que consumimos hoy?
Ante estos hechos reales sólo un infundado optimismo en nuestra capacidad de avances científicos y técnicos y tecnologías puede justificar continuar tratando nuestros males aisladamente unos de otros y sin relacionarlos con una Causa común de todos, autoengañarnos con algunos resultados puntuales que en comparación con lo que necesitamos no es más que lo que representa una gota de agua en el océano y nos sirve sólo para tranquilizarnos y posponer la inevitable destrucción planetaria.
Para justificar la conducta del hombre contemporáneo como causa de todos nuestros males que han surgido desde la Revolución Industrial, además de los cuatro que directamente afectan al problema del cambio climático, voy a mencionar algunos más que no existían antes de 1966, desde que las Naciones Unidas están tratando éstos sin éxito, más bien por el mal enfoque de sus programas han atribuido a sus apariencias:
5/ Pérdida de la biodiversidad de nuestro planeta, que no existía en el año 1966, y que hoy se habla del 20% de pérdida, pero que esta tendencia continuará hasta 2050.
6/ Nuevas enfermedades incurables de tipo físico u psíquico, sida, alzheimer, paludismo, etc.
7/ Drogadicción, prácticamente no existía en el año 1966.
8/ Envejecimiento de la población en el mundo, no existía en el año 1966, hoy es uno de los más graves problemas de nuestras sociedades.
9/ Destrucción de la vida familiar, no existía en el año 1966.
10/ Las desviaciones sexuales de su forma natural.
11/ La pérdida del verdadero amor en la relación entre el hombre y la mujer y entre padres e hijos.
12/ La violencia de género.
13/ Desastres naturales, deforestaciones, desertizaciones.
14/ La pérdida de ideologías de tipo espiritual y religioso, que unió los pensamientos de los hombres y permitió la comunicación entre los hombres creativos y contemplativos, y que por falta de esto, hoy, la humanidad no tiene un horizonte y vive en confusión y con despreocupación y egoísmo entre unos y otros.
Ante estos hechos, sabiendo que la Causa de todos nuestros manifestados males es la extremadamente materialista “filosofía del mundo y de la vida” y el degenerado estado de la naturaleza psicosomática del hombre contemporáneo que dirige sus conductas y actividades, y que mientras no se logre recuperar el perfecto estado perdido de nuestra naturaleza especial humana, respetando este erróneo estado de nuestra naturaleza ningún intento nos servirá para eliminar nuestros males, por lo que como para lograr este necesitado cambio se necesita un proceso más largo, que en nuestras circunstancia tenemos, todo indica que ni con esta enfoque podríamos salvar nuestras civilizaciones de una destrucción planetaria, llevando su modo de vida hasta su fin.
No obstante, aunque ya nada ni nadie puede evitar este catastrófico fin de nuestras civilizaciones, al introducir este justo enfoque de nuestros problemas, tendríamos la ventaja que durante este periodo de transición trabajaríamos ya en el justo camino de nuestra investigación, y aunque sus correspondientes resultados no los podríamos poner hoy en práctica, pero éstos sí serían plasmados en soluciones teóricas, los supervivientes y nuestras futuras generaciones, quienes aceptaran esta nueva y justa “filosofía del mundo y de al vida” disfrutarían de este regalo y herencia, que además salvaría el futuro de la humanidad, abriendo para ella un nuevo camino para una nueva cultura.
Este tipo de búsqueda abandonada a la suerte es lo que nosotros estamos realizando dentro de mi Centro de Investigación, esperando que antes de que sea tarde algunos organismos oficiales u organizaciones humanísticas se interesen por el resultado de nuestros trabajos.
Madrid, 1 de Marzo de 2009
Ferenc Z. Lantos
lunes, 4 de mayo de 2009
¿POR QUE NO ES SUFICIENTE SABER QUE LA CAUSA DEL SOBRECALENTAMIENTO DE LA TIERRA Y EL CAMBIO CLIMATICO ES DEL HOMBRE?
Después de 42 años, cuando yo, en mis artículos “La causa y solución de la enorme expansión demográfica” y “Artículo dirigido a las Inteligencias Inquietas”, ambos publicados en el año 1966 en la revista ARQUITECTURA del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y el periódico ABC, expuse que …La causa de este enorme aumento de la población radica en el malentendido de la naturaleza humana y en una errónea relación con el mundo y su Creador. El medio de solucionarlo está en comprender la naturaleza del hombre, su destino, su lugar en el mundo, la naturaleza de dicho mundo y el objetivo del Creador para con él. En otras palabras buscar la Verdad…, y además, en el segundo de estos artículos redacté un programa de actuación que pensaba realizar dentro de un CÍRCULO DE ESTUDIOS, que por falta de interés por este tipo de investigación no remunerada no pude organizar, y tuve que continuar mis investigaciones en solitario, cuyos resultados los he publicado en varios libros, revistas anuales y exposición permanente, editados y financiados por mi Centro de Investigación, pero por estar basadas mis ideas y teorías en lo contrario de nuestras sociedades sobre la Causa de nuestros problemas y males, tampoco he podido romper este desinterés hacia este tipo de investigación, y teníamos que experimentar los continuos y progresivos empeoramientos causados por el erróneo enfoque en los que se basaban los programas de las Conferencias Mundiales de las Naciones Unidas, celebradas durante estos 40 años, para reconocer que la Causa de todos nuestros males surgidos después de la Revolución Industrial es lo que yo pronuncié en mis citados dos artículos culpando al modo de vida del hombre contemporáneo.
Empero, este hecho ya muy claramente demostrado, sin saber el porqué ha podido ocurrir este acontecimiento justamente en estos tiempos no es suficiente, y sólo podría saberlo conociendo la verdadera naturaleza de la especie humana, que por desinterés de nuestras sociedades por este tipo de investigación, prácticamente no existía la posibilidad de realizar.
No obstante, cuando alguien presiente un peligro que amenaza el futuro bienestar de nuestra vida ante un reto de evitarlo, éste recupera suficiente fuerza para vencer todas las dificultades y continuar trabajando en su búsqueda.
Entre estos pocos hombres inquietos y preocupados por nuestro futuro me considero a mí mismo y sintiendo de que con este reconocimiento considero al hombre contemporáneo culpable ya no sólo del Cambio Climático, sino de todos nuestros innumerables e interrelacionados males, a continuación voy a exponer el resultado de mis investigaciones sobre la naturaleza real de la especie humana y la influencia de ésta sobre su conducta y actividades, que nos ayudaría a encontrar la solución para cambiar su erróneo modo de vida, que está causando todos nuestros males.
Haciendo esto y cogiendo un espacio de tiempo entre la época de Jesucristo y hoy y comparando la conducta de la especie humana con la de los animales, descubrimos que mientras la conducta de un gato, perro, vaca, tigre, elefante, pájaros, insectos o cualquier otro tipo de animal es constante y siempre en perfecta adaptación a las Leyes de la Naturaleza, la conducta y actividades de la especie humana nunca ha sido constante sino variable, y aunque físicamente no existió notable diferencia, su conducta y actividades en la Edad Media fue muy diferente a la del Renacimiento y a nuestra época desde la Revolución Industrial.
La razón de este cambio es su especial naturaleza humana que al estar compuesta no sólo de Instinto, en el que también está impresa la voluntad de la Existencia Real – el Amor Puro, sino también de Espíritu que posee los dones y facultades de la Conciencia y Fuerza Creativa del Amor Puro, dependiendo de la influencia de una parte sobre la otra, él puede tener 3 posibilidades para realizar su vida:
Puede sobrevalorar sus necesidades espirituales a costa de sus necesidades físicas, situación que existió en la época arcaica de la antigua cultura de Grecia y en la época de la Edad Media de nuestra cultura cristiana.
Puede prestar la misma atención a sus necesidades espirituales y físicas, situación que existió en la época clásica de la antigua cultura de Grecia y en la época del Renacimiento de nuestra cultura cristiana.
Puede sobrevalorar sus necesidades físicas a costa de sus necesidades espirituales, situación que se ha dado en la época Helenística de la antigua cultura de Grecia y que existe desde la Revolución Industrial, extendido esto ya por todas las partes de nuestro planeta.
Estas historias nos demuestran que el hombre sólo logra obtener su perfecta conducta y actividades cuando logra establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana y es cuando se adapta con su conducta y actividades, como lo hacen los otros seres animados por debajo de su nivel, a las Leyes de la Naturaleza y evitar con ello causar daño a su perfecto y armonioso desarrollo.
También aprendemos de esta historia, que cuando el hombre no logra establecer este justo equilibrio entre la parte espiritual y la instintiva de su naturaleza, como ha ocurrido en la época arcaica de la antigua cultura de Grecia y en la Edad Media de nuestra cultura cristiana, ningún mal que se presentó por esta falta no fue posible eliminar mientras duraba el degenerado estado de la naturaleza de los hombres de estas sociedades, sino que estos males, en este caso, se anularon al descubrir a través de un lento proceso evolutivo las contradicciones entre sus ideas y la realidad, y abandonando su errónea “filosofía del mundo y de la vida” y recuperando el perfecto estado de su naturaleza especial humana y es cuando todos los males han desaparecido de manera natural y espontánea, disfrutando de una situación ideal y benigna que existía en la época clásica de la antigua cultura de Grecia y en el Renacimiento de nuestra cultura cristiana.
Desgraciadamente este dorado estado, quizá por no ser consciente el hombre, ni en la época clásica de la antigua cultura de Grecia ni en el Renacimiento de nuestra cultura cristiana, que esto ha sido como consecuencia del perfecto estado psicosomático de la naturaleza de los hombres de sus sociedades al lograr establecer el justo equilibrio entre la parte Espiritual e Instintiva de sus naturaleza humana, al ver el mejoramiento material con los avances científicos, en sus vidas cotidianas no han podido mantener este estado ideal de su naturaleza, y sin darse cuenta, con los nuevos tipos de intereses y conductas han perdido esto, embocando en su tercera posibilidad para realizar sus vidas, en la materialista “filosofía del mundo y de la vida” y la destrucción del perfecto estado psicosomático de la naturaleza humana.
Encontrándonos actualmente en este estado degenerado de nuestra naturaleza especial humana que dirige nuestra conducta y actividades y cogiendo el ejemplo de la época del Helenismo de la antigua cultura de Grecia, cuando existía este estado, y cuando no han logrado recuperar por proceso evolutivo el justo equilibrio perdido entre la parte Espiritual e Instintiva de su naturaleza especial humana llevando hasta el final sus erróneas conductas el necesitado cambio se realizó por un proceso destructivo, una revolución espiritual en que ha nacido una nueva ideología pronunciada, en aquel tiempo, por Jesucristo, abriendo con ello un nuevo camino para las nuevas generaciones.
Aprendiendo de la historia del hombre queda demostrado que su conducta y actividades no es constante como la de los animales, sino que depende del estado psicosomático de su naturaleza especial humana, que define su “filosofía del mundo y de la vida” y su escala de valores y mientras la persigue nada puede cambiar su conducta, por lo que si el resultado de la misma es negativo y se crean males como los experimentamos hoy y estos sólo podríamos eliminarlos cambiando el estado psicosomático de nuestra naturaleza y la errónea “filosofía del mundo y de la vida”, y no mantener esto, e intentar cambiar la errónea conducta con buenas palabras o por leyes y reglamentos sin buscar la solución de cómo podría obtenerse este deseado cambio, como pretenden hacer las personas y autoridades que ante la evidencia de que la Causa de nuestros innumerables e interrelacionados males es la errónea conducta y actividades del hombre contemporáneo, continúan sus programas enfocando su búsqueda no en la Causa de nuestros males sino en sus manifestados efectos.
Madrid, 5 de Febrero de 2009
Ferenc Z. Lantos
Empero, este hecho ya muy claramente demostrado, sin saber el porqué ha podido ocurrir este acontecimiento justamente en estos tiempos no es suficiente, y sólo podría saberlo conociendo la verdadera naturaleza de la especie humana, que por desinterés de nuestras sociedades por este tipo de investigación, prácticamente no existía la posibilidad de realizar.
No obstante, cuando alguien presiente un peligro que amenaza el futuro bienestar de nuestra vida ante un reto de evitarlo, éste recupera suficiente fuerza para vencer todas las dificultades y continuar trabajando en su búsqueda.
Entre estos pocos hombres inquietos y preocupados por nuestro futuro me considero a mí mismo y sintiendo de que con este reconocimiento considero al hombre contemporáneo culpable ya no sólo del Cambio Climático, sino de todos nuestros innumerables e interrelacionados males, a continuación voy a exponer el resultado de mis investigaciones sobre la naturaleza real de la especie humana y la influencia de ésta sobre su conducta y actividades, que nos ayudaría a encontrar la solución para cambiar su erróneo modo de vida, que está causando todos nuestros males.
Haciendo esto y cogiendo un espacio de tiempo entre la época de Jesucristo y hoy y comparando la conducta de la especie humana con la de los animales, descubrimos que mientras la conducta de un gato, perro, vaca, tigre, elefante, pájaros, insectos o cualquier otro tipo de animal es constante y siempre en perfecta adaptación a las Leyes de la Naturaleza, la conducta y actividades de la especie humana nunca ha sido constante sino variable, y aunque físicamente no existió notable diferencia, su conducta y actividades en la Edad Media fue muy diferente a la del Renacimiento y a nuestra época desde la Revolución Industrial.
La razón de este cambio es su especial naturaleza humana que al estar compuesta no sólo de Instinto, en el que también está impresa la voluntad de la Existencia Real – el Amor Puro, sino también de Espíritu que posee los dones y facultades de la Conciencia y Fuerza Creativa del Amor Puro, dependiendo de la influencia de una parte sobre la otra, él puede tener 3 posibilidades para realizar su vida:
Puede sobrevalorar sus necesidades espirituales a costa de sus necesidades físicas, situación que existió en la época arcaica de la antigua cultura de Grecia y en la época de la Edad Media de nuestra cultura cristiana.
Puede prestar la misma atención a sus necesidades espirituales y físicas, situación que existió en la época clásica de la antigua cultura de Grecia y en la época del Renacimiento de nuestra cultura cristiana.
Puede sobrevalorar sus necesidades físicas a costa de sus necesidades espirituales, situación que se ha dado en la época Helenística de la antigua cultura de Grecia y que existe desde la Revolución Industrial, extendido esto ya por todas las partes de nuestro planeta.
Estas historias nos demuestran que el hombre sólo logra obtener su perfecta conducta y actividades cuando logra establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana y es cuando se adapta con su conducta y actividades, como lo hacen los otros seres animados por debajo de su nivel, a las Leyes de la Naturaleza y evitar con ello causar daño a su perfecto y armonioso desarrollo.
También aprendemos de esta historia, que cuando el hombre no logra establecer este justo equilibrio entre la parte espiritual y la instintiva de su naturaleza, como ha ocurrido en la época arcaica de la antigua cultura de Grecia y en la Edad Media de nuestra cultura cristiana, ningún mal que se presentó por esta falta no fue posible eliminar mientras duraba el degenerado estado de la naturaleza de los hombres de estas sociedades, sino que estos males, en este caso, se anularon al descubrir a través de un lento proceso evolutivo las contradicciones entre sus ideas y la realidad, y abandonando su errónea “filosofía del mundo y de la vida” y recuperando el perfecto estado de su naturaleza especial humana y es cuando todos los males han desaparecido de manera natural y espontánea, disfrutando de una situación ideal y benigna que existía en la época clásica de la antigua cultura de Grecia y en el Renacimiento de nuestra cultura cristiana.
Desgraciadamente este dorado estado, quizá por no ser consciente el hombre, ni en la época clásica de la antigua cultura de Grecia ni en el Renacimiento de nuestra cultura cristiana, que esto ha sido como consecuencia del perfecto estado psicosomático de la naturaleza de los hombres de sus sociedades al lograr establecer el justo equilibrio entre la parte Espiritual e Instintiva de sus naturaleza humana, al ver el mejoramiento material con los avances científicos, en sus vidas cotidianas no han podido mantener este estado ideal de su naturaleza, y sin darse cuenta, con los nuevos tipos de intereses y conductas han perdido esto, embocando en su tercera posibilidad para realizar sus vidas, en la materialista “filosofía del mundo y de la vida” y la destrucción del perfecto estado psicosomático de la naturaleza humana.
Encontrándonos actualmente en este estado degenerado de nuestra naturaleza especial humana que dirige nuestra conducta y actividades y cogiendo el ejemplo de la época del Helenismo de la antigua cultura de Grecia, cuando existía este estado, y cuando no han logrado recuperar por proceso evolutivo el justo equilibrio perdido entre la parte Espiritual e Instintiva de su naturaleza especial humana llevando hasta el final sus erróneas conductas el necesitado cambio se realizó por un proceso destructivo, una revolución espiritual en que ha nacido una nueva ideología pronunciada, en aquel tiempo, por Jesucristo, abriendo con ello un nuevo camino para las nuevas generaciones.
Aprendiendo de la historia del hombre queda demostrado que su conducta y actividades no es constante como la de los animales, sino que depende del estado psicosomático de su naturaleza especial humana, que define su “filosofía del mundo y de la vida” y su escala de valores y mientras la persigue nada puede cambiar su conducta, por lo que si el resultado de la misma es negativo y se crean males como los experimentamos hoy y estos sólo podríamos eliminarlos cambiando el estado psicosomático de nuestra naturaleza y la errónea “filosofía del mundo y de la vida”, y no mantener esto, e intentar cambiar la errónea conducta con buenas palabras o por leyes y reglamentos sin buscar la solución de cómo podría obtenerse este deseado cambio, como pretenden hacer las personas y autoridades que ante la evidencia de que la Causa de nuestros innumerables e interrelacionados males es la errónea conducta y actividades del hombre contemporáneo, continúan sus programas enfocando su búsqueda no en la Causa de nuestros males sino en sus manifestados efectos.
Madrid, 5 de Febrero de 2009
Ferenc Z. Lantos
¿TIENE FUTURO NUESTRA CIVILIZACION?
Entre nuestros males surgidos desde la Revolución Industrial los más graves son:
1/ La antinatural y desenfrenada expansión demográfica.
2/ El anormal crecimiento del consumo de energía del hombre contemporáneo.
3/ El sobrecalentamiento de La Tierra y el Cambio Climático.
4/ La fiebre de las migraciones desde las zonas rurales y conflictivas hacia los grandes núcleos urbanos.
5/ El desordenado y deshumanizado desarrollo de nuestros Asentamientos Humanos (Metro, Megaciudades e indefinidas Conurbaciones).
6/ La contaminación del aire, agua y tierra de nuestro planeta.
7/ La deforestación y desertización de nuestro planeta.
8/ La violencia de género.
9/ Las desviaciones de nuestra naturaleza sexual
10/ Los nuevos tipos de enfermedades incurables.
11/ El envejecimiento de la población.
Todos estos y otros muchos males, que en los últimos cuarenta años las Naciones Unidas los han tratado cada uno separadamente y sin relacionarlos con una Causa común es la causa del fracaso de obtener sus deseados objetivos, y en lugar de mejorar estos males todos han empeorado progresivamente.
La población del mundo, que en el año 1960 era de 3.200 millones de personas, que es 16 veces más que la que existía en la época de Jesucristo, durante este tiempo se duplicó y hoy tenemos 6.600 millones que es 33 veces mayor que la que existía en la época de Jesucristo, y el consumo de energía, comparándolo con lo que se consumía por el hombre en dicha época a la que podemos considerar como normal, en este tiempo ha crecido a una media de 3 veces más por persona, multiplicando estos dos factores resultaría, para el año 1960, 16 (aumento de la población del mundo) x 3 (aumento del consumo de energía por persona)= 48 veces más consumo de energía que el que existió en la época de Jesucristo, y en el año 2000 nos daría 33 x 3= 99 más consumo de energía que en la época de Jesucristo, pero según las estimaciones de las Naciones Unidas la población del mundo puede alcanzar en el año 2050 la cifra de 9.400 millones, que sería 47 veces mayor que la que existía en la época de Jesucristo, que multiplicándolo por 4-5 veces más consumo de energía por persona a la que se puede llegar para esta fecha nos daría 188-235 veces más consumo de energía que el que existía en la época de Jesucristo, siendo esta cifra el doble de la que existe hoy.
Tomando en consideración las consecuencias negativas que ya experimentamos, todo indica que nuestro planeta no puede satisfacer estas demandas ni evitar el sobrecalentamiento de La Tierra y el Cambio Climático, que ni existía en el año 1960.
Lo mismo es válido para las migraciones de la población desde las zonas rurales hacia las mayores ciudades existentes la cuales aún tenían escala humana y tamaños definidos, estructura ordenada, distribuciones funcionales y formas expresivas y relaciones armoniosas con su medio ambiente.
En estas ciudades no existían las contaminaciones de agua, aire y tierra, ni las violencias de género y desviaciones de la naturaleza sexual, ni el envejecimiento de la población en la escala que hoy tenemos.
Como además de estos males que afectan más a nuestra vida existen muchos más tipos de males, como el egoísmo, injusticias sociales, las inmoralidades, la pérdida de la vida familiar, inseguridad ciudadana, robos y todo tipo de crímenes, drogadicciones, etc., todos producidos por el erróneo modo de vida del hombre contemporáneo, si no cambiamos nuestro erróneo enfoque de tratar nuestros males separadamente unos de otros como algo dado y sin relacionarlos con una Causa común, por la falta de tiempo que tenemos hasta el año 2050, cuando se habrá duplicado el consumo de energía que poseemos hoy y habrán aumentado progresivamente nuestros males, nada podrá evitar una destrucción planetaria, un catastrófico fin de nuestras civilizaciones.
Madrid, 2 de Febrero de 2009
Ferenc Z. Lantos
1/ La antinatural y desenfrenada expansión demográfica.
2/ El anormal crecimiento del consumo de energía del hombre contemporáneo.
3/ El sobrecalentamiento de La Tierra y el Cambio Climático.
4/ La fiebre de las migraciones desde las zonas rurales y conflictivas hacia los grandes núcleos urbanos.
5/ El desordenado y deshumanizado desarrollo de nuestros Asentamientos Humanos (Metro, Megaciudades e indefinidas Conurbaciones).
6/ La contaminación del aire, agua y tierra de nuestro planeta.
7/ La deforestación y desertización de nuestro planeta.
8/ La violencia de género.
9/ Las desviaciones de nuestra naturaleza sexual
10/ Los nuevos tipos de enfermedades incurables.
11/ El envejecimiento de la población.
Todos estos y otros muchos males, que en los últimos cuarenta años las Naciones Unidas los han tratado cada uno separadamente y sin relacionarlos con una Causa común es la causa del fracaso de obtener sus deseados objetivos, y en lugar de mejorar estos males todos han empeorado progresivamente.
La población del mundo, que en el año 1960 era de 3.200 millones de personas, que es 16 veces más que la que existía en la época de Jesucristo, durante este tiempo se duplicó y hoy tenemos 6.600 millones que es 33 veces mayor que la que existía en la época de Jesucristo, y el consumo de energía, comparándolo con lo que se consumía por el hombre en dicha época a la que podemos considerar como normal, en este tiempo ha crecido a una media de 3 veces más por persona, multiplicando estos dos factores resultaría, para el año 1960, 16 (aumento de la población del mundo) x 3 (aumento del consumo de energía por persona)= 48 veces más consumo de energía que el que existió en la época de Jesucristo, y en el año 2000 nos daría 33 x 3= 99 más consumo de energía que en la época de Jesucristo, pero según las estimaciones de las Naciones Unidas la población del mundo puede alcanzar en el año 2050 la cifra de 9.400 millones, que sería 47 veces mayor que la que existía en la época de Jesucristo, que multiplicándolo por 4-5 veces más consumo de energía por persona a la que se puede llegar para esta fecha nos daría 188-235 veces más consumo de energía que el que existía en la época de Jesucristo, siendo esta cifra el doble de la que existe hoy.
Tomando en consideración las consecuencias negativas que ya experimentamos, todo indica que nuestro planeta no puede satisfacer estas demandas ni evitar el sobrecalentamiento de La Tierra y el Cambio Climático, que ni existía en el año 1960.
Lo mismo es válido para las migraciones de la población desde las zonas rurales hacia las mayores ciudades existentes la cuales aún tenían escala humana y tamaños definidos, estructura ordenada, distribuciones funcionales y formas expresivas y relaciones armoniosas con su medio ambiente.
En estas ciudades no existían las contaminaciones de agua, aire y tierra, ni las violencias de género y desviaciones de la naturaleza sexual, ni el envejecimiento de la población en la escala que hoy tenemos.
Como además de estos males que afectan más a nuestra vida existen muchos más tipos de males, como el egoísmo, injusticias sociales, las inmoralidades, la pérdida de la vida familiar, inseguridad ciudadana, robos y todo tipo de crímenes, drogadicciones, etc., todos producidos por el erróneo modo de vida del hombre contemporáneo, si no cambiamos nuestro erróneo enfoque de tratar nuestros males separadamente unos de otros como algo dado y sin relacionarlos con una Causa común, por la falta de tiempo que tenemos hasta el año 2050, cuando se habrá duplicado el consumo de energía que poseemos hoy y habrán aumentado progresivamente nuestros males, nada podrá evitar una destrucción planetaria, un catastrófico fin de nuestras civilizaciones.
Madrid, 2 de Febrero de 2009
Ferenc Z. Lantos
¿CUAL ES LA VERDADERA CAUSA DE LA CRISIS ECONOMICA MUNDIAL Y QUE HARIA FALTA PARA ELIMINAR ESTE MAL
Este repentino acontecimiento negativo que afecta con tanta fuerza a todos los países del mundo, siendo el tema la economía, todo el mundo espera que nuestros economistas sean los que encontrarán la solución que resolverá los problemas y restituirán otra vez el equilibrio económico.
Esta postura, a primera vista parece lógica y nuestros economistas con sus mentalidades analíticas y una formación especializada no son ni capaces de pensar de que en nuestro mundo nada ocurre al azar, sino que siempre hay una causa fundamental para cada acontecimiento, especialmente para la conducta y actividades de la especie humana, que debido a su naturaleza especial y única, a diferencia de las otras especies animadas (animales) que componen nuestro mundo y que sólo poseen instinto, el hombre, además de instinto posee también conciencia ( a lo que llamamos espíritu y alma), por lo que, mientras la conducta de los animales es constante y preestablecida, la conducta y actividades del hombre, aunque físicamente parecen idénticas, éstas nunca son constantes ni preestablecidas, sino que dependiendo de la valoración y atención sobre una u otra parte de su naturaleza él puede tener 3 posibilidades de realizar su vida: 1/ puede sobrevalorar su parte espiritual a costa de su parte instintiva, como ha ocurrido en la época arcaica de la antigua cultura de Grecia y en la Edad Media de nuestra cultura cristiana, 2/ hacer lo contrario, como ha ocurrido en la época del Helenismo de la antigua cultura de Grecia y que está ocurriendo desde la Revolución Industrial en nuestras civilizaciones, extendiéndose esto ya por todas las partes de nuestro planeta y 3/ lograr establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana, caso que ha ocurrido en la época clásica de la antigua cultura de Grecia y en el Renacimiento de nuestra cultura cristiana.
El resultado de estos tres estados de la naturaleza del hombre expuesto en la hoja nº 4 del Anexo demuestra que sólo cuando el hombre logra establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual y la instintiva de su naturaleza es cuando puede obtener su perfección humana y cuando puede, como lo hacen los otros seres animados (animales), adaptarse con su conducta y actividades a las Leyes de la Naturaleza y evitar con ello perturbar su ordenado y armonioso desarrollo y de causar ningún tipo de males. Encontrándonos hoy, debido a nuestra “filosofía materialista del mundo y de la vida”, en el estado degenerado de nuestra naturaleza psicosomática y guiada nuestra conducta con esta falsa filosofía, nuestros males no están aislados unos de otros ni fortuitos, sino causados por esta errónea ”filosofía del mundo y de la vida” y que mientras no logremos establecer nuevamente el perfecto estado de nuestra naturaleza psicosomática y con ello la justa “filosofía del mundo y de la vida” ninguno de nuestros males van a desaparecer.
Este hecho lo demuestra la historia de la conducta y actividades del hombre expuesta gráficamente en la hoja nº 4 del Anexo, según el que sólo se producen males cuando el hombre se aleja del perfecto estado de su naturaleza especial humana hacia uno u otro lado de sus posibilidades, los que sólo puede eliminarlos no tratarlos directa y aisladamente como un hecho dado sino restableciendo el justo equilibrio perdido de su naturaleza psicosomática. Esta exigencia, en el caso de su exageradamente espiritual “filosofía del mundo y de la vida” para obtener su justa “filosofía del mundo y de la vida” que tenía en la época arcaica de la antigua cultura de Grecia y en la Edad Media de nuestra cultura cristiana, se logró con un lento proceso evolutivo, cundo se anularon sin ninguna intención especial sino de manera natural y espontánea todos los males producidos por aquella errónea “filosofía del mundo y de la vida”, sin embargo, en el otro caso en el que nos encontramos también nosotros, el cambio de la errónea “filosofía del mundo y de la vida” no era posible obtener por una vía evolutiva, sino que se acabó de forma abrupta y destructiva que servía para nacer una nueva ideología que en este caso la pronunció Jesucristo con lo que se abrió un nuevo camino para las futuras generaciones y que es nuestra cultura cristiana.
Aprendiendo de este caso histórico de nuestros males, para que la crisis económica mundial se desaparezca, tendría que eliminarse al mismo tiempo nuestros innumerables e interrelacionados males que han surgido precisamente por el erróneo modo de vida de los hombres de nuestras civilizaciones, entre los que los más graves que afectan directamente la crisis económica mundial es el desenfrenado y antinatural crecimiento de la población del mundo que hoy es, con sus 6.400 millones de habitantes, es 32 veces mayor que la que existía en la época de Jesucristo, pero que según las estimaciones de las Naciones Unidas, esta cifra para el año 2050 puede alcanzar los 10.000 millones o sea 50 veces mayor, y el antinatural consumo de energía de nuestras sociedades materialistas, extendido ya por todas las partes de nuestro planeta es 3-4 veces más y que para el año 2050 puede llegar a ser 4-5 veces más por persona que la que existía en la época de Jesucristo, que multiplicando estos dos factores 50 (aumento de la población del mundo) por 4-5 (aumento del consumo de energía por persona) nos daría 200-250 más consumo de energía que el que existía en la época de Jesucristo en el mismo tamaño del planeta, que es prácticamente el doble de lo que existe actualmente, lo que realmente ha causado, entre otros muchos males, la crisis económica mundial, y para subsanar este problema tendría que cambiar el hombre su modo de vida, que mientras no logre establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva, cuando bajo influencia de su justa “filosofía del mundo y de la vida” encontrará su felicidad no sólo en las posesiones materiales sino en alimentos espirituales como el amor, la contemplación de la belleza producido por la naturaleza y creaciones artística por artistas, cosas que no cuestan dinero ni que contaminan nuestro medio ambiente, y al alcanzar la perfección de su naturaleza recuperará su capacidad creativa, sensibilidades artísticas y con nuevas jerarquías de valores sus quehaceres se adaptarán más a las Leyes de la Naturaleza desarrollando sus nuevos tipos de conocimientos los que realmente necesitará tanto la especie humana como el mundo dentro del que realiza su vida.
El resultado de estos nuevos tipos de necesidades para que el hombre obtenga su felicidad, como se completarán éstas con prácticas espirituales, sus exigencias materiales se disminuirán, a las que nuestro planeta podría satisfacer, eliminando así, sin la necesidad de intervención de nuestros especialistas, el problema de nuestra crisis económica.
Madrid, 15 de Diciembre de 2008
Ferenc Z. Lantos
Esta postura, a primera vista parece lógica y nuestros economistas con sus mentalidades analíticas y una formación especializada no son ni capaces de pensar de que en nuestro mundo nada ocurre al azar, sino que siempre hay una causa fundamental para cada acontecimiento, especialmente para la conducta y actividades de la especie humana, que debido a su naturaleza especial y única, a diferencia de las otras especies animadas (animales) que componen nuestro mundo y que sólo poseen instinto, el hombre, además de instinto posee también conciencia ( a lo que llamamos espíritu y alma), por lo que, mientras la conducta de los animales es constante y preestablecida, la conducta y actividades del hombre, aunque físicamente parecen idénticas, éstas nunca son constantes ni preestablecidas, sino que dependiendo de la valoración y atención sobre una u otra parte de su naturaleza él puede tener 3 posibilidades de realizar su vida: 1/ puede sobrevalorar su parte espiritual a costa de su parte instintiva, como ha ocurrido en la época arcaica de la antigua cultura de Grecia y en la Edad Media de nuestra cultura cristiana, 2/ hacer lo contrario, como ha ocurrido en la época del Helenismo de la antigua cultura de Grecia y que está ocurriendo desde la Revolución Industrial en nuestras civilizaciones, extendiéndose esto ya por todas las partes de nuestro planeta y 3/ lograr establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana, caso que ha ocurrido en la época clásica de la antigua cultura de Grecia y en el Renacimiento de nuestra cultura cristiana.
El resultado de estos tres estados de la naturaleza del hombre expuesto en la hoja nº 4 del Anexo demuestra que sólo cuando el hombre logra establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual y la instintiva de su naturaleza es cuando puede obtener su perfección humana y cuando puede, como lo hacen los otros seres animados (animales), adaptarse con su conducta y actividades a las Leyes de la Naturaleza y evitar con ello perturbar su ordenado y armonioso desarrollo y de causar ningún tipo de males. Encontrándonos hoy, debido a nuestra “filosofía materialista del mundo y de la vida”, en el estado degenerado de nuestra naturaleza psicosomática y guiada nuestra conducta con esta falsa filosofía, nuestros males no están aislados unos de otros ni fortuitos, sino causados por esta errónea ”filosofía del mundo y de la vida” y que mientras no logremos establecer nuevamente el perfecto estado de nuestra naturaleza psicosomática y con ello la justa “filosofía del mundo y de la vida” ninguno de nuestros males van a desaparecer.
Este hecho lo demuestra la historia de la conducta y actividades del hombre expuesta gráficamente en la hoja nº 4 del Anexo, según el que sólo se producen males cuando el hombre se aleja del perfecto estado de su naturaleza especial humana hacia uno u otro lado de sus posibilidades, los que sólo puede eliminarlos no tratarlos directa y aisladamente como un hecho dado sino restableciendo el justo equilibrio perdido de su naturaleza psicosomática. Esta exigencia, en el caso de su exageradamente espiritual “filosofía del mundo y de la vida” para obtener su justa “filosofía del mundo y de la vida” que tenía en la época arcaica de la antigua cultura de Grecia y en la Edad Media de nuestra cultura cristiana, se logró con un lento proceso evolutivo, cundo se anularon sin ninguna intención especial sino de manera natural y espontánea todos los males producidos por aquella errónea “filosofía del mundo y de la vida”, sin embargo, en el otro caso en el que nos encontramos también nosotros, el cambio de la errónea “filosofía del mundo y de la vida” no era posible obtener por una vía evolutiva, sino que se acabó de forma abrupta y destructiva que servía para nacer una nueva ideología que en este caso la pronunció Jesucristo con lo que se abrió un nuevo camino para las futuras generaciones y que es nuestra cultura cristiana.
Aprendiendo de este caso histórico de nuestros males, para que la crisis económica mundial se desaparezca, tendría que eliminarse al mismo tiempo nuestros innumerables e interrelacionados males que han surgido precisamente por el erróneo modo de vida de los hombres de nuestras civilizaciones, entre los que los más graves que afectan directamente la crisis económica mundial es el desenfrenado y antinatural crecimiento de la población del mundo que hoy es, con sus 6.400 millones de habitantes, es 32 veces mayor que la que existía en la época de Jesucristo, pero que según las estimaciones de las Naciones Unidas, esta cifra para el año 2050 puede alcanzar los 10.000 millones o sea 50 veces mayor, y el antinatural consumo de energía de nuestras sociedades materialistas, extendido ya por todas las partes de nuestro planeta es 3-4 veces más y que para el año 2050 puede llegar a ser 4-5 veces más por persona que la que existía en la época de Jesucristo, que multiplicando estos dos factores 50 (aumento de la población del mundo) por 4-5 (aumento del consumo de energía por persona) nos daría 200-250 más consumo de energía que el que existía en la época de Jesucristo en el mismo tamaño del planeta, que es prácticamente el doble de lo que existe actualmente, lo que realmente ha causado, entre otros muchos males, la crisis económica mundial, y para subsanar este problema tendría que cambiar el hombre su modo de vida, que mientras no logre establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva, cuando bajo influencia de su justa “filosofía del mundo y de la vida” encontrará su felicidad no sólo en las posesiones materiales sino en alimentos espirituales como el amor, la contemplación de la belleza producido por la naturaleza y creaciones artística por artistas, cosas que no cuestan dinero ni que contaminan nuestro medio ambiente, y al alcanzar la perfección de su naturaleza recuperará su capacidad creativa, sensibilidades artísticas y con nuevas jerarquías de valores sus quehaceres se adaptarán más a las Leyes de la Naturaleza desarrollando sus nuevos tipos de conocimientos los que realmente necesitará tanto la especie humana como el mundo dentro del que realiza su vida.
El resultado de estos nuevos tipos de necesidades para que el hombre obtenga su felicidad, como se completarán éstas con prácticas espirituales, sus exigencias materiales se disminuirán, a las que nuestro planeta podría satisfacer, eliminando así, sin la necesidad de intervención de nuestros especialistas, el problema de nuestra crisis económica.
Madrid, 15 de Diciembre de 2008
Ferenc Z. Lantos
AMOR, LA ÚNICA REALIDAD DEL UNIVERSO
El Universo es similar a cualquier planta o animal que empieza con una “semilla”, un huevo o un óvulo fertilizado en los que existe el correspondiente código genético que dirige el proceso de materialización en sus crecimientos, produciendo al final de su desarrollo el mismo tipo de semilla, huevo y óvulo fertilizado, terminando con ello un ciclo de sus existencias, con la capacidad de iniciar un nuevo ciclo de las mismas características.
En el caso del Universo esta semilla con la que se inicia el proceso de su realización es Amor Puro, que no es un adjetivo de algo o alguien sino es como substrato y que es inmaterial y es como una Existencia Espiritual que posee Conciencia y Conocimiento Absoluto y una Fuerza Creativa que actúa como su código genético en el proceso de su Autorrealización, transformando su Amor Puro y Universal a través de su Corporización en elementos inanimados (Minerales y metales) y seres animados (Vegetales, especies animales y el hombre) en distintos tipos de amores particulares, dentro de los que la Realidad Esencial, el Amor Puro, experimenta y disfruta un amor particular en infinitas formas y maneras.
Al igual como una planta una vez depositada la semilla en una tierra fértil, primero hecha raíces, después el tallo, las ramas, hojas, la flor y finalmente la semilla, cuyo proceso se realiza en orden y armonía que irradia belleza, la otra cara del Amor, así, esta obra que abarca Toda la Existencia también se desarrolla según las leyes que corresponden a la naturaleza única e intrínseca del Amor Puro y cuyo proceso lo refleja el cuadro y diagrama adjunto.
Este cuadro y diagrama enseña claramente que en el Universo sólo existe Amor y esto se manifiesta en sus dos formas: El Amor con su forma Pura, cuando es Causa de su forma Autorrealizada, y ésta según en que medio se encuentra se manifiesta en infinitas formas y maneras siempre irradiando Belleza, que al alcanzar su total desarrollo y recuperar nuevamente el Amor Puro, su única e intrínseca naturaleza y Conciencia Absoluta, iniciar nuevamente otro ciclo de su Eterna Existencia.
Madrid, 2 de Febrero de 2009
Ferenc Z. Lantos
En el caso del Universo esta semilla con la que se inicia el proceso de su realización es Amor Puro, que no es un adjetivo de algo o alguien sino es como substrato y que es inmaterial y es como una Existencia Espiritual que posee Conciencia y Conocimiento Absoluto y una Fuerza Creativa que actúa como su código genético en el proceso de su Autorrealización, transformando su Amor Puro y Universal a través de su Corporización en elementos inanimados (Minerales y metales) y seres animados (Vegetales, especies animales y el hombre) en distintos tipos de amores particulares, dentro de los que la Realidad Esencial, el Amor Puro, experimenta y disfruta un amor particular en infinitas formas y maneras.
Al igual como una planta una vez depositada la semilla en una tierra fértil, primero hecha raíces, después el tallo, las ramas, hojas, la flor y finalmente la semilla, cuyo proceso se realiza en orden y armonía que irradia belleza, la otra cara del Amor, así, esta obra que abarca Toda la Existencia también se desarrolla según las leyes que corresponden a la naturaleza única e intrínseca del Amor Puro y cuyo proceso lo refleja el cuadro y diagrama adjunto.
Este cuadro y diagrama enseña claramente que en el Universo sólo existe Amor y esto se manifiesta en sus dos formas: El Amor con su forma Pura, cuando es Causa de su forma Autorrealizada, y ésta según en que medio se encuentra se manifiesta en infinitas formas y maneras siempre irradiando Belleza, que al alcanzar su total desarrollo y recuperar nuevamente el Amor Puro, su única e intrínseca naturaleza y Conciencia Absoluta, iniciar nuevamente otro ciclo de su Eterna Existencia.
Madrid, 2 de Febrero de 2009
Ferenc Z. Lantos
Suscribirse a:
Entradas (Atom)